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Ideas de aplicación metafísica para la lección bíblica trimestral de la Ciencia Cristiana sobre

“Realidad”
MARZO 20–26, 2023

por John & Lindsey Biggs, C.S. of Maryland Heights, MO
541 418 1176 johnbiggscs@gmail.com
541 460 3515 biggs.lindsey@gmail.com

Traducción libre por Heidi Colmenero autorizada por Warren Huff


 INTRODUCCIÓN

La Lección de esta semana incluye muchas ideas estupendas sobre la salvación que llega a través de la comprensión de Dios. Cristo Jesús es el mejor ejemplo de alguien que profundizó en la realidad espiritual en lugar de aceptar el sentido superficial y material de las cosas. Gracias a ello, trajo sanación y libertad a las vidas de las personas en medio de las luchas a las que se enfrentaban. Disfruta explorando estas hermosas ideas contenidas en la lección bíblica de esta semana.

TEXTO AUREO

“He aquí, Dios es salvación mía;  . Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.” (Isaiah 12:2, 3)

La salvación se define como:
SALVACIÓN. La Vida, la Verdad y el Amor comprendidos y demostrados como supremos sobre todo; el pecado, la enfermedad y la muerte destruidos.” (Ciencia y Salud p. 593:21)

LECTURA ALTERNADA

La lectura alternada continúa con bellas imágenes en estos pasajes de Isaías, que podrían describirse como los efectos de la salvación. Los efectos de la Vida, la Verdad y el Amor demostrados como supremos sobre todo.

El desierto floreciendo como una rosa; Aguas que brotan en el desierto; Arroyos que fluyen en el desierto.

Estas metáforas describen un nuevo sentido de la vida. Huyen la tristeza y el suspiro. La alegría y el gozo regresan. Estas fueron promesas hechas a los israelitas sobre el regreso a casa tras el exilio babilónico. ¿En qué áreas del mundo podríamos aplicar estas verdades hoy en día?

Sabemos, a través del ministerio de Cristo Jesús, que la voluntad de Dios es la salvación, la abundancia de agua viva, la alegría y la bondad para Su creación. Sus promesas se cumplirán. ¡Oremos para saber que Cristo puede reinar supremo en los corazones y las mentes, marcando el comienzo de una salvación plena -un sentido pleno de armonía- para todo el pueblo de Dios hoy!


SECCIÓN 1 – LOS PENSAMIENTOS DE DIOS SON MUY PROFUNDOS

“¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.” (cita B1, Salmos 92:5)

Los pensamientos de Dios son muy profundos. Son sustancia; son Verdad. Por eso son tan satisfactorios, porque nos conectan con la realidad eterna, con nuestra naturaleza espiritual y eterna. Son satisfactorios porque nos muestran quiénes somos realmente y nuestra relación con Dios, el bien, que es la Fuente de nuestra bondad.

“Ninguna sabiduría es sabia, sino Su sabiduría; ninguna verdad es verdadera, ningún amor es amoroso, ninguna vida es Vida, sino los que son divinos; ningún bien existe, sino el bien que Dios concede.” (Ciencia y Salud, p. 275)

Esto nos muestra que los pensamientos de Dios tienen autoridad suprema. Cuando los escuchamos, experimentamos nuestro verdadero ser y obtenemos la salvación.

Los pensamientos de Dios son tan profundos, que Salomón reconoció que necesitaba pedir conocimiento y entendimiento a Dios cuando fue ungido rey. Como sabemos, esta petición le fue concedida, y como resultado tenemos muchos Proverbios maravillosos, e incluso la Reina de Saba viajó grandes distancias para escuchar la sabiduría que Dios le daba.

Cada uno de nosotros puede poseer el discernimiento espiritual necesario para percibir la Palabra de Dios. El Espíritu nos la revela. Cada uno de nosotros puede recibir este discernimiento necesario viendo a Dios como la Fuente de todo verdadero conocimiento y entendimiento.

Mary Baker Eddy nos da algunos pasos de como hacer esto:

“Debemos examiner en profundidad el realism en vez de aceptar solo el sentido exterior de las cosas.” (cita S1, CS p. 129:24–26)

Se nos asegura que esto es lo que Jesús hizo también. No habría podido alimentar a las multitudes si se hubiera basado en el sentido externo de las cosas. En cambio, miró profundamente a la realidad espiritual para discernir la siempre presente bondad de Dios que estaba al alcance de la mano. Rechazar es lo contrario de aceptar, por lo que podríamos decir que Jesús rechazó el sentido material de las cosas y aceptó el sentido espiritual de las cosas – la realidad de que la creación de Dios es espiritual y perfecta, y lo puso de manifiesto en su ministerio de curación.

“Para comprender la realidad y el orden del ser en su Ciencia, tienes que empezar por considerar a Dios como el Principio divino de todo lo que realmente es.” (cit. C3, 275:10–12)

Este es otro gran paso. Cuando oramos, debemos comenzar por considerar a Dios como el Principio -la Fuente y el Origen de la existencia- de todo lo que realmente es. Entonces, porque razonamos desde esta Causa perfecta, podemos razonar correctamente. No estamos razonando a partir de un sentido limitado de las cosas, sino que estamos basando nuestra conciencia en una premisa espiritual y encontrando así la satisfacción de producir esos resultados correctos en nuestra experiencia.

Podemos razonar que todo debe ser tan perfectos como perfecto es el Creador. Cuando demostramos que “nada posee realidad ni existencia excepto la Mente divina y Sus ideas.” porque Dios es Todo-en-todo, entonces experimentamos la armonía de la salvación. (cit. C4, p. 331).

Considera orar y explorar profundamente cada palabra de esta definición de la realidad:

” La realidad es espiritual, armoniosa, inmutable, inmortal, divina, eterna.” (cit. C5, 335 )


SECCIÓN 2 – SENTIDO ESPIRITUAL VS. SENTIDO MATERIAL

“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha concedido.” (cit. B8,1 Corintios 2:11–14)

El Espíritu revela toda la bondad que Dios nos ha dado. Toda la alegría, la paz y la armonía que necesitamos están siempre presentes y listas para ser discernidas. Es el sentido espiritual el que nos permite percibirlas. El Espíritu Santo revela nuestros derechos como ciudadanos del Reino: vivir como hijos e hijas libres de Dios.

Lo espiritual es lo real, eterno, armonioso y autoexistente. Lo espiritual es lo que nos hace armoniosos y felices en nuestro estado actual de existencia. Es la sustancia y la esencia de nuestro ser. Por eso, al identificarnos espiritualmente, ¡podemos aportar más de estas cualidades espirituales a nuestra vida cotidiana!

“El sentido spiritual, contradiciendo los sentidos materiales, entraña intuición, esperanza, fe, comprensión, realización, realidad.” (cit. C9, p. 298)

El sentido espiritual nos permite corregir los sentidos materiales. Implica esta lista ascendente de bellos atributos enumerados anteriormente: primero, una intuición espiritual que nos dice que debe haber algo más grande y mejor que la materia; después, la intuición nos lleva a la esperanza; la esperanza se convierte en fe a medida que podemos tener una visión más clara y espiritual; la fe se convierte en comprensión espiritual a medida que discernimos más de la realidad; por último, nuestras oraciones se manifiestan en frutos -curación, realización-, la demostración de la realidad espiritual.

“Las capacidades humanas son ampliadas y perfeccionadas en la proporción en que la humanidad gana la concepción verdadera del hombre y de Dios.” (cit. C8, 258)

Me encanta el pasaje anterior porque nos muestra lo que el conocimiento de Dios nos da ahora.

Muestra lo mucho que podemos lograr aquí mismo mediante la comprensión de Dios. Que podemos experimentar más gracia, inteligencia, abundancia, etc. a medida que adquirimos ese verdadero concepto de la realidad.

Disfruta de este artículo sobre una mujer que no estaba muy segura de sus habilidades en el campo de los negocios. Cuando se le presentó una gran oportunidad, se dirigió a Dios. Ella adquirió un concepto más verdadero de su relación con Dios, y como resultado fue capaz de brillar los talentos y la luz de su verdadero ser claramente. Adquiriendo confianza a través de la comprensión de Dios.

A través del sentido espiritual, adquirimos el verdadero concepto de Dios y de quiénes somos como imagen y semejanza de Dios. Esto nos permite alcanzar nuestro pleno potencial y desprendernos de creencias materiales y limitantes.


SECCIÓN 3 – HAY SUFICIENTE

 “Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.” (Genesis 26:22, cit. B10) Esta fe totalmente centrada en Dios y la descripción de su estatus son muy inspiradoras para mí. Toda la historia de Isaac, su comunidad y los problemas con los que se encontraban es un ejemplo fascinante de la insistencia en dar prioridad a Dios. En lugar de forzar su propio camino, discutiendo con el rey que los echaba y con los pastores rivales que se apoderaban de sus pozos, Isaac sabía que realmente había suficiente para todos. El tema constante del agua que recorre toda esta lección bíblica, y su simbolismo para la Palabra de Dios, la provisión, la vida, encuentra una hermosa acción en esta sección porque Isaac se niega a tratar de pelear por el don del agua. Sabe que debe haber suficiente, porque Dios ha colocado a su comunidad, como ha colocado a todos sus hijos, y esa colocación debe incluir provisión y capacidad.

El Fondo Mundial para la Naturaleza y otras organizaciones medioambientales y humanitarias estiman que, en 2025, dos tercios de la población mundial podrían sufrir escasez de agua. Pero esta afirmación, o profecía, no es legítima por el mero hecho de haber sido dicha. Una afirmación de escasez no es diferente de cualquier otra afirmación de discordia. Y sólo porque alguien o algo haga o sienta una afirmación, no significa que esa afirmación tenga algún derecho. Mary Baker Eddy lo ilustra:

“Decir que existe una pretensión falsa, llamada enfermedad, es admitir todo lo que la enfermedad es; pues la enfermedad no es más que una pretensión falsa. Para ser sanado, hay que perder de vista una pretensión falsa. Si la pretensión está presente en el pensamiento, entonces la enfermedad se vuelve tan tangible como cualquier realidad. Considerar la enfermedad como una pretensión falsa es disminuir el temor a ella, pero esto no destruye la supuesta realidad de la pretensión. Para gozar de perfecta salud, tenemos que ser insensibles a toda pretensión del error.” (La Unidad del Bien, p. 54:3)

Ya se trate de una afirmación de derechos sobre el agua, una aseveración de perturbación o una afirmación de enfermedad, nunca estamos obligados a aceptar la legitimidad de una aseveración sólo porque se nos presente. De una manera muy pequeña, aunque en aquel momento me pareció grande, descubrí la alegría de este enfoque centrado en Dios. Hace años, acababa de mudarme de nuevo a San Luis y había basado mi presupuesto para el mes, incluyendo el pago inicial y el primer mes de alquiler, en torno a un sueldo de mi trabajo anterior. Sin embargo, no había hecho un buen seguimiento de mis gastos y no me di cuenta de que ya había gastado ese dinero en combustible, comida y el pago del coche.

Se acercaba el momento de pagar el alquiler del mes siguiente, y me asusté mucho al darme cuenta de que no iba a tener el dinero. Pasé una buena parte del día siendo frenético y sin lograr nada de valor, y finalmente me di cuenta de que tal vez esto era algo por lo que podía orar. Rápidamente, se me ocurrió una idea muy simple: comprobar mi cuenta bancaria. Esto me molestaba, ya que sabía que no tendría suficiente para el próximo mes, y me negaba a comprobarlo. Finalmente, después de sentir repetidamente este mensaje, abrí mi cuenta y me sorprendí al ver que aunque no tenía lo que cualquiera consideraría mucho dinero, de hecho tenía la cantidad exacta que necesitaría hasta que llegara mi próximo cheque de pago.

Escarmenté al darme cuenta de que había pasado gran parte del día con miedo, pero también vi la verdadera e importante lección: en lugar de dejarme llevar por los miedos que se me presentan, debo ir directamente a la verdad. En este caso, simplemente era suficiente. He estado en otros casos en los que no tenía el dinero necesario en el banco, la oración y la voluntad de seguir mirando a Dios siempre abrieron el camino para una resolución segura y armoniosa.

Como Isaac, podemos negarnos a luchar contra todas las pretensiones superficiales de perturbación y, en cambio, podemos mantener nuestra posición de que la voluntad de Dios está hecha, es buena e incluye a todos sus hijos en perfecta paz. Esta mentalidad es desde donde pensamos y donde encontramos toda nuestra provisión.


SECCIÓN 4 – PERMITIENDO QUE SE ESCUCHE LA PALABRA DE DIOS

Las masas de agua tienen una cualidad interesante que permite que el sonido se transmita muy bien a través de la superficie. La cita bíblica 13, de Lucas 5, cuenta una historia sobre esto tanto a nivel literal como simbólico. Rodeado de mucha gente, Jesús sabía que lo más sensato era salir en una barca -separándose del bullicio y la presión de la adulación y la demanda humanas- y dejar que su Evangelio se transmitiera por la acción natural del agua [*en lo que desde entonces se ha demostrado que es un anfiteatro acústico natural]. [*Ver en “GEMs” de Cobbey Crisler para seguir los hallazgos del ingeniero acústico].  En lugar de usar la fuerza de voluntad y la fuerza personal para tratar de hacer oír su mensaje, permitió que las leyes naturales de la acústica dejaran oír la Palabra de Dios.

¿Cuánto nos preocupamos y estresamos tratando de hacernos oír? Todos tenemos voz, y nuestras voces deberían alzarse en alabanza y defensa de la justicia, el bien, la salud, la paz… en honor de Dios y de sus atributos. Pero estos atributos de Dios y del cielo no son algo que podamos hacer “creer” a otras personas, y no se transmiten por la fuerza de voluntad humana.

El hecho es, como Jesús afirmó constantemente, que el cielo está aquí – presente, dentro de nosotros, por siempre. Por tanto, no es el poder personal, el carisma o las batallas lo que trae el cielo a la tierra; nuestro único papel es despertar a la presencia del cielo y vivir nuestras vidas como si el cielo estuviera aquí. Esto es lo que Jesús animó a Simón y a sus hombres a hacer: aunque creían que no había peces en el agua en aquel momento, les pidió que volvieran a echar las redes y experimentaran por sí mismos la abundancia presente.

Nosotros también podemos dejar que la presencia del cielo se manifieste en nuestro comportamiento y en nuestro trato con los demás. No estamos tratando desesperadamente de convencer a la gente de la verdad; estamos viviendo la verdad, y dejando que el poder de Dios adelante Su propia obra.


SECCIÓN 5 – OBSEQUIOS PERFECTOS

En Malaquías, tenemos esta hermosa declaración de Dios: “
Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquías 3:10)

Somos la bendición que Dios derrama. Somos los dones de Dios. No de una manera egoísta o engreída. Pero Dios siempre está dando, siempre está expresando, y nosotros, sus amados hijos, estamos entre esos dones y expresiones. Ese verdadero sentido de nosotros mismos es lo que observamos, siguiendo con el Salmo 37:37 (cit. B15). Como Su don y expresión, no somos defectuosos – todo lo que Dios da, refleja exacta y fielmente Su naturaleza.

El hombre del estanque de Betesda (cit. B16, Juan 5) se veía a sí mismo como menos que el don perfecto de Dios, y esperaba un don incierto, casi inconstante, de… bueno, de alguna parte. Estaba cediendo a la idea popular de tener que apresurarse para recibir una bendición -tal vez similar al “miedo a perderse algo” o MPA de hoy en día- y entristecido porque nunca recibió la bendición a tiempo.

Pero un verdadero don de Dios sería una bendición para todos, y siempre estaría disponible gratuitamente, como el agua rica en minerales que llenaba naturalmente el estanque de Betesda. Jesús invitó a aquel hombre a considerarse a sí mismo desde una nueva perspectiva: a considerar que podía elevarse en su sentido de sí mismo, para pensar y actuar como la expresión plena y sin defectos de Dios. Siempre el hijo amado de Dios. Tras vacilar un poco, el hombre se mostró dispuesto a aceptar el agua de Vida (una visión espiritual de sí mismo) que Jesús le ofrecía, en lugar de seguir confiando en una sensación cambiante y poco fiable de provisión y salud. ¡Qué alegría para él!

Estar dispuesto a actuar en obediencia a los mensajes de curación de Cristo es una actitud que nosotros también podemos practicar: una actitud de confianza para poner nuestro peso del lado correcto, en lugar de seguir insistiendo en que sólo hay un camino limitado.

El año pasado, durante el campamento familiar del fin de semana conmemorativo del CedarS, hubo algún tipo de problema de arranque con el motor del popular sistema de esquí por cable en la propiedad del CedarS. Estuve encantado de apoyar con mis oraciones la resolución de este problema. Fue muy interesante para mí que la única respuesta que recibí, y que siguió llegando de manera consistente y clara, fue esta simple afirmación: “Hay un camino. Honra el hecho de que siempre hay un camino”. Había un montón de pequeñas soluciones a mano, y parecía que se había encontrado una solución temporal, lo cual, por supuesto, era encantador. Pero fue muy divertido descubrir que, un día después -con los huéspedes aún en la propiedad y deseosos de utilizar el esquí de cable-, al darle al motor “una oportunidad más” de arrancar normalmente, ¡simplemente volvió a funcionar perfectamente!

Esta curación operativa de un sistema de esquí por cable no fue un “milagro de una sola vez”, una creencia “moviéndose a través del agua”. Esta y todas las curaciones y demostraciones representan el manantial eterno de la Vida divina. Estas preciosas pruebas, como las aguas de la Vida, siempre brotan de forma apreciable. Los manantiales de agua forman estanques porque el agua simplemente surge. Los manantiales de Vida forman estanques profundos, mostrándonos siempre caminos correctos libres de luchas, miedo y dolor. A la Vida Divina le encanta vivir. Somos algunas de las infinitas expresiones de la Vida. ¡Qué alegría ver y ser libremente las expresiones, libres de estrés, de lo que realmente somos!


SECCIÓN 6 – ENCONTRANDO EL REINO DENTRO DE NOSOTROS

Jesús nos dijo que “el reino de los cielos está dentro de nosotros”. Dice que no está ni allí ni aquí. No está en un lugar material ni en otro lugar material. Es espiritual. Es un estado de conciencia al que todos tenemos acceso instantáneo, dondequiera que estemos.

“Este reino de Dios está ‘dentro de vosotros’*, está al alcance de la consciencia del hombre aquí, y la idea espiritual lo revela. En la Ciencia divina, el hombre posee conscientemente este reconocimiento de la armonía en proporción a su comprensión de Dios. .” (cit. C30, 576)

Es un obsequio darse cuenta de que en cualquier día de nuestras vidas, podemos obtener este estado espiritual de conciencia en cualquier momento. Ofrece protección, claridad y sanación. Cuando humildemente nos damos cuenta de que necesitamos la ayuda de Dios, cedemos y nos abrimos a la visión de Dios. No importa cuánto tiempo hayamos estado lidiando con una situación. Todavía tenemos la oportunidad de ceder a la visión de Dios y encontrar una perspectiva divinamente fresca y sanadora. Lo único verdaderamente arraigado en nosotros es la Vida, la Verdad y el Amor. Por lo tanto, vale la pena abrirse para ver qué nuevos pensamientos Dios está proporcionando hoy.

Disfruta leyendo (o escuchando) la experiencia de un soldado que rezó en medio de una guerra:

Durante los 12 meses siguientes, había seguido sustituyendo esa creencia de una mente enemiga por una firme declaración de que nadie está nunca separado del amor misericordioso de Dios por todos… Entonces, en medio de la violencia de aquella noche de septiembre, boca abajo en el suelo, sentí algo en lo más profundo de mi pensamiento: una quietud, a pesar del rugiente ataque. Aunque hubo daños en vehículos y equipos militares, ninguna de las estructuras que albergaban a nuestras tropas resultó dañada, y no hubo víctimas. Lo que más recuerdo de aquella noche fue la oración que me llegó. Era una oración sin palabras, una humilde sumisión a la presencia constante de Dios, que me estaba amando y protegiendo, así como a todos los que me rodeaban.” (Oración de rendición, una liga que se puede compartir, del Christian Science Sentinel)

En proporción a nuestra comprensión de Dios, podemos experimentar el Reino de los Cielos aquí y ahora, que no sólo nos bendice a nosotros, sino también a todos los que nos rodean. Así pues, cuanto más comprendemos a Dios, más armonía somos capaces de demostrar en nuestra experiencia. Quizá por eso Jesús nos dice en sus parábolas que esta comprensión -este Reino- es la “perla preciosa”.

“El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” (Matt 13:44, 45 NIV)

La buena noticia es que esta comprensión es libre para todos. Nadie la posee. Es universal, imparcial y está disponible para todos.

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.” (cit. B20, Isaias 55:1)

Mientras rezamos por nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, podemos afirmar que el Reino de los Cielos está dentro de cada uno de nosotros. El Cristo es capaz de hablar en cada idioma para que cada idea de Dios escuche la Palabra de Dios hablando de la manera correcta. Este Reino – este estado de conciencia divina – es imparcial y ama a cada uno ofreciendo la claridad, protección y sanación necesarias hoy.

¡Disfruta bendiciendo y sanando al mundo esta semana!

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