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Haga click aquí para escuchar y estudiar la Lección Biblica para el Día de Acción de Gracias de 2023 

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del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana:  Acción de gracias

“Corazones cantando alabanzas a Dios dejando no posibilidad para que el error obtenga autoridad alguna”
Ideas de Aplicación Metafísica para la Lección Bíblica trimestral de la Ciencia Cristiana sobre:

“ACCIÓN DE GRACIAS”
para el día 23 de noviembre, 2023

Preparadas por: Valerie Minard, CS, Ballwin Missouri
valminard@gmail.com


Traducción libre de Maria Luisa Heron autorizada por Warren Huff.

¿No es maravilloso tener la lección de Acción de Gracias justamente antes de la Navidad?  Nos recuerda todo lo bueno que Dios nos ha dado antes que el comercialismo y el materialismo de la temporada navideña [al menos en los Estados Unidos] se pongan en marcha.

Como la palabra lo indica, “Acción de Gracias” incluye dos palabras: “gracias” y “dar”, y estas son inseparables entre sí.  Son sinónimos de “gratitud” y “amor”.  Si nuestros corazones son sinceros con gratitud, entonces es natural querer amar y bendecir a los demás con la sanación.

Tenemos el ejemplo de los primeros profetas, Cristo Jesús, y los apóstoles quienes practicaron esto. Y la Ciencia Cristiana nos da los implementos para llevar el don de la sanación a nuestra familia, a nuestra comunidad y al mundo para enfrentar cada problema.

Algunos se preguntarán por qué las iglesias de la Ciencia Cristiana celebran este feriado a nivel federal con un especial servicio.  ¿No nos recuerda este día que debemos honrar una de las “diarias” provisiones del Manual de la Madre Iglesia?: “La gratitud y el amor deberían reinar en todo corazón cada día de todos los años”. (Mary Baker Eddy, pág. 60:15-17)

Mientras nos reunimos con familiares y amigos, Mary Baker Eddy nos recuerda que no olvidemos a aquellos que han sufrido una pérdida.  En su artículo titulado “Cena de Acción de Gracias”, escribe: “Pero ¡ay! del hogar desolado, de los ojos llenos de lágrimas que miran ansiosamente hacia el umbral por el cual no aparece el ser querido, o que contemplan en silencio en el sillón vacío junto a la chimenea y la mesa — oramos por dentro, que Dios los consuele a todos” … (Miscellaneous Writings 1883–1896, Mary Baker Eddy, p 231:29–1 (a !))

Ver también:  https://journal.christianscience.com/issues/1901/1/18-10/christian-science-thanks


TEXTO ÁUREO

 El Texto Áureo (TA) resalta la palabra “Alégrese”

“regocijarse”.  El Diccionario Webster de 1828 lo define como: “Experimentar gozo y alegría en un alto grado”.  Para algunos, este tipo de alegría puede parecer inalcanzable si han perdido a sus seres queridos, hogares, trabajos o salud.  Pero, 1ra. de Crónicas promete que a medida que buscamos al Señor, nuestros corazones se alegrarán. (TÁ, 1 Crónicas 16:10.)

Cuando nos alejamos de la imagen material hacia la Verdad y el Amor, entonces es natural sentir esperanza y alegría por lo que Dios ya ha hecho y siempre hará para bendecirnos.

Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Si esperamos del cuerpo placer, encontramos dolor; si la Vida, encontramos muerte; si la Verdad, encontramos error; si el Espíritu, encontramos su opuesto, la materia. Ahora revierte esta acción. Vuelve tu mirada del cuerpo [soledad, problemas de salud, carencias] hacia la Verdad y el Amor, el Principio de toda felicidad, armonía e inmortalidad.  Mantén tu pensamiento firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo verdadero, y los traerás a tu experiencia en la proporción en que ocupen de tus pensamientos”. (C&S, p. 260:31)


LECTURA ALTERNADA

La Lectura Alternada (LA) describe algunas de las maravillosas formas en que Dios nos ha bendecido… por la “misericordia” y la “fidelidad” de Dios.  También dice que cada uno de nosotros ha sido “sembrado en la casa del Señor”, y hecho florecer, [“prosperar; crecer exuberantemente; para aumentar y desarrollarse, como una planta de crecimiento saludable”].  (Diccionario Webster de 1828) Este es nuestro verdadero hogar y ninguna circunstancia material puede desarraigarnos de sentirnos seguros y protegidos.

Nadie se queda fuera de esta promesa.  Porque “el Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus concesiones. Es la fuente abierta que exclama: “A todos los sedientos: Venid a las aguas”. (C&S, p. 13:2.)

La gratitud es una maravillosa forma de orar.  Afirma la verdad de la bondad de Dios y pone más peso al lado de la Verdad que al del error.

La Lectura Alternada está llena de otras palabras de acción como “cantar alabanzas”, “declarar”, “dar gracias”, “clamar”, “andar en tu verdad”, “exclamar”, “contar todo”.  Si nuestros corazones están llenos de cantar alabanzas y proclamar la bondad de Dios, entonces no hay lugar para que el error tenga autoridad en la conciencia. No hay lugar para que el miedo o la tristeza se infiltren.

Mary Baker Eddy escribe: “Amados Científicos Cristianos: Mantened la mente tan llena de Verdad y Amor, que el pecado, la enfermedad y la muerte no puedan entrar en ella. Es evidente que nada se puede añadir a la mente que ya está colmada. No hay puerta por la cual pueda entrar el mal, ni espacio que el mal pueda ocupar en una mente plena de bondad. Los buenos pensamientos son una armadura impenetrable; revestidos con ellos, estáis completamente protegidos contra los ataques de toda clase de error. Y no sólo vosotros estáis a salvo, sino que todos aquellos en quienes reposan vuestros pensamientos también son por ello beneficiados”. (La Primera Iglesia de Cristo, Científico y Miscelánea, p. 210:2)

Mi aplicación de esta idea resultó en este Testimonio: “Una sanación significativa me enseñó el poder de la gratitud cuando era consejera en un campamento de la Ciencia Cristiana hace muchos años.  Los campistas estaban a punto de llegar y tuve un ataque de asma y me quedé atrapada en la sala de reposo.

“Mi mamá había sufrido con aquello durante muchos años y me había advertido que tuviera cuidado con ciertas condiciones climáticas porque la enfermedad infantil pudiera regresar.  Justo antes del campamento, me había encontrado con esas condiciones.  Por lo tanto, tenía miedo de que ahora finalmente hubiera vuelto.

“Había visto a mi madre probar muchos remedios médicos sin éxito.  Así que estaba listo para ver cómo la oración en la Ciencia Cristiana podría ayudarme.  Llamé a mi maestra de la Escuela Dominical, quien también era Practicista de la Ciencia Cristiana.  Le conté mi triste historia y ella me dijo simplemente que estuviera agradecida por todo lo bueno que me rodeaba.  ¿Agradecida?  Yo no sentía nada de eso.  Pero decidí escuchar y comencé a buscar lo bueno a mi alrededor.  Mi actitud cambió de miedo y autocompasión a esperanza y confianza en Dios.  Al tercer día, estaba sanada y no ha vuelto.”


SECCIÓN 1 — ¡Da gracias porque Dios es bueno!

La Biblia comienza en Génesis 1 relatando cómo Dios hizo todo bueno.  “Alabad a Jehová, porque él es bueno”. (cita B1, Salmo 107:1 (a:) ¡Y esto te incluye a ti como hijo amado de Dios!

¿Alguna vez has buscado la palabra “bueno”? Recuerdo una vez, hace muchos años, cómo un maestro de la Escuela Dominical compartió algunas de sus muchas definiciones.  Realmente me impresionó y amplió mi sentido de lo que significa.

Estas son solo algunas definiciones en el Diccionario Webster de 1828: válido; bufete legal; no débil ni defectuoso; tener una fuerza adecuada para su apoyo; sonido; no falso ni falaz; completo o suficientemente perfecto en su género; tener las cualidades físicas mejor adaptadas a su diseño y uso; tener las cualidades morales que mejor se adapten a su diseño y uso, o las cualidades que la ley de Dios requiere; virtuoso; piadoso; religioso; conforme a la ley moral; apropiado; caber; conveniente; oportuno; bien adaptado al final”. ¡Y la lista continúa!  Por lo tanto, cuando vemos la palabra “bueno”, podemos sustituirla por uno de estos otros significados, no solamente por Dios, sino que también por el hombre, Su reflejo.

Dios, bueno, está siempre presente en este momento para ayudar, no importa en qué condición nosotros pudiéramos encontrarnos. Dios no castiga, sino que nos libera y nos salva del mal.  Isaías promete que “Jehová te pastoreará siempre, y en la sequía saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como un huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. (cit. B3, Isaías 58:11)

Así como una madre consuela a su hijo, nuestro Padre-Madre Dios está presente para consolarnos en cualquier circunstancia.  “Ciertamente consolará Jehová a Sion, consolará todas sus soledades; y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto”. (cit. B4, Isaías 51:3) Y en Joel nos dice: “) Yo les resarciré por los daños que les causaron la langosta, (Joel 2:25)

Dios restaurará incluso los “lugares baldíos”, ya sea en regiones devastadas por la guerra, devastación por desastres naturales, vidas estériles o traumas pasados que parecieran robarnos la paz mental.

Si bien es grandioso tener todas estas promesas de la bondad de Dios, tenemos que afirmarlas y clamarlas como nuestras.  Nosotros necesitamos estar preparados para responder y actuar acerca de la siguiente pregunta: “¿Estamos realmente agradecidos por el bien ya recibido? Entonces apreciaremos las bendiciones que tenemos, y así estaremos aptos para recibir más. La gratitud es mucho más que una expresión verbal de agradecimiento. La acción expresa más gratitud que el discurso”.  (cit.2, C&S p 3:22)

Podemos tener todo lo bueno del mundo, pero si no lo reconocemos y lo apreciamos, es peor que no tenerlo en absoluto.

Tomemos como ejemplo al hermano mayor del hijo pródigo.  Aunque vivía en la casa de su Padre y tenía todo lo bueno y los privilegios que conllevaba, estaba celoso de su hermano descarriado.  Se quejó a su Padre: “He aquí, hace muchos años que te sirvo, sin haber transgredido en ningún momento tu mandamiento; y sin embargo, nunca me diste un cabrito para que me regocijara con mis amigos; pero cuando vino este tu hijo, que te devoró la vida con rameras, le mataste el becerro cebado”. Su Padre le recuerda gentilmente: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo que tengo es tuyo”.  (Lucas 15:29–31)

Y esto es cierto para todos nosotros.  Siempre estamos con el Padre.  Todo lo que Dios tiene, lo tenemos por reflexión.

Pero más que solamente estar agradecidos por las cosas materiales, podemos ir aún más lejos: “Lo que más necesitamos es la oración del ferviente deseo de crecer en gracia”, escribe Mary Baker Eddy, “expresada en paciencia, mansedumbre, amor y buenas obras”. (cit. C&S3, 4:3-5)

Esto pudiere parecer difícil de hacer en medio de un desafío.  Pero, expresar “paciencia, mansedumbre, amor y buenas obras” levanta nuestro pensamiento del problema por encima de la niebla que nos impediría ver todo lo bueno que ya está a la mano.  A medida que ejercitamos estas cualidades dadas por Dios, las comenzamos a reconocer cada vez más en nuestra experiencia.

Mi aplicación de esta idea resultó en este Testimonio:

“Tuve un pequeño ejemplo de cómo el don de la paciencia era lo que más necesitaba esta semana.  Mi hija me recordó que fuera más paciente la otra mañana cuando aparentemente no lo era.  Me lo tomé muy en serio, junto con la cita anterior en mente.

“Uno de mis recados ese día fue comprar neumáticos nuevos en una tienda de neumáticos.  Cuando llegué, aunque había hecho una cita, me dejaron parada en el mostrador durante más de 45 minutos antes de que alguien me ayudara.

“Ahora te preguntarás, ‘¿por qué no te fuiste a otro lugar?’, etc.  Sí, pensé en una serie de cosas que podría hacer de otra manera, ¡pero se me ocurrió la idea de que esta era una buena oportunidad para expresar paciencia!  Aunque era tentador frustrarse mientras esperaba, me aferré a lo que más necesitaba no eran necesariamente neumáticos nuevos, sino más paciencia, y esta fue una buena lección para aprender.  Así que, mientras esperaba, oré con mi Lección Bíblica y sentí que era un tiempo bien empleado.

“Finalmente, cuando llegó el gerente, se disculpó.  Dijo que otro gerente acababa de renunciar y abandonó el trabajo, lo que les hizo perder aún más personal.  Él estaba agradecido por mi paciencia y yo estaba agradecida por esa presente lección”.


SECCIÓN 2 — ¡Da gracias porque Dios es una ayuda muy presente en tribulación!

2 Samuel es descrito como el Salmo de acción de gracias de David por la poderosa liberación y protección de Dios de enemigos como los filisteos y los constantes ataques y amenazas del rey Saúl.  (cit. B7, 2 Samuel 22:2, The, 3,7)

David describe a Dios como una “roca” y una “fortaleza” que lo ha protegido y salvado de la violencia.  Aun cuando las cosas parecían sin esperanza, sin ninguna respuesta presente, todavía podía decir: “Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo”. (cit. B8, Salmo 61:2)

Ciencia y Salud define la roca como: “Fundamento espiritual; Verdad…” (C&S, p. 593:18)

Fortaleza se define como: “Cualquier lugar fortificado; una fortaleza; un castillo; un bastión; un lugar de defensa o seguridad; un lugar de protección”. (Diccionario Webster de 1828)

Como hombre de guerra, David podría haber confiado en la fuerza de su ejército, en el armamento o en las estrategias de guerra humanas. En cambio, como nos dice el Salmo 91, se sintió seguro “morando en el abrigo del Altísimo… bajo la sombra del Omnipotente”. (cit. B9, Salmo 91:1, 2.)  En otras palabras, confiaba en Dios como su base espiritual de operación. Dándole respuestas de a dónde ir, cómo ir y qué hacer en momentos en los que la voluntad y la planificación humanas lo hubieran llevado por mal camino.

Aunque David describe a Dios como una “roca” y una “fortaleza”, también habla de la ternura de Dios.  ” con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad “(cit. B9, Salmo 91:4)

Mientras que la roca sugiere la Paternidad de Dios, “cubierto de plumas” sugiere la Maternidad de Dios o “un pronto auxilio en las tribulaciones”. (cit. C6, 444:10)

Ciencia y Salud afirma: “Al estar Dios en todas partes e incluirlo todo, ¿cómo puede estar ausente o sugerir la ausencia de la omnipresencia y la omnipotencia? ¿Cómo puede haber algo más que todo?” (cit. C&S 7, 287:13)


SECCIÓN 3 – Dar gracias por la iglesia y la Ciencia Cristiana.

La iglesia es el lugar donde todos podemos reunirnos: para dar gracias a Dios; escuchar a nuestro Pastor – la BibliaCiencia y Salud; escuchar testimonios de sanación, sanar y ser sanado.  Nos reunimos en persona para escuchar acerca de la bondad amorosa de Dios y para guiarnos mutuamente en nuestro viaje espiritual.

Aunque Cristo Jesús enseñó por los caminos y en barcas, también enseñó y predicó en las sinagogas, “sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. (cit. B14, Mateo 4:23) ¡Él probó que la “Iglesia” llena de Cristo, ¡sana!  Y esto sirve como el fundamento o base sobre el cual las iglesias de la Ciencia Cristiana son fundadas.

Ciencia y Salud define a la Iglesia como: “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa y sobre el Principio divino y procede de él”. (C&S, p. 583:12)

Uno de los puntos o principios importantes de la Ciencia Cristiana dice: “Reconocemos y adoramos a un Dios supremo e infinito”.  (cit. C&S 11, 497:6-7) Jesús estableció su misión y su iglesia en el primer mandamiento.  “La supremacía del Espíritu era el fundamento sobre el cual Jesús edificaba. Su resumen sublime indica la religión del Amor”. (cit. C12, 138:14)

Su trabajo de sanación no se basaba en un credo o sistema de rituales, sino en la demostración de la Verdad.  Así como Dios vio que todo lo que hizo era “bueno en gran manera”, las obras de sanidad de Jesús se basaron en la perfección del hombre como imagen y semejanza de Dios.

Pero, más que un edificio o lugar de adoración, Jesús amplió el significado de iglesia cuando dijo: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? El templo de Dios, el cual sois vosotros santo es. Y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios”. (cit. B16, 1 Corintios 13:16,17, 22)   Nos desafió a demostrar la iglesia de manera individual.

Ciencia y Salud define el sentido espiritual del templo: “El cuerpo; la idea de Vida, la sustancia y la inteligencia; la superestructura de la Verdad; el santuario del Amor;” (cit. C&S 15, 595:7-9;) Dada esta definición, también podemos pensar que templo e iglesia están siendo sinónimos.

Hoy en día, más personas se identifican a sí mismas como espirituales, pero no religiosas.  Ya no ven la iglesia como algo relevante o significativo en sus vidas.  No nos dejemos engañar para creer que eso es cierto para nadie o incluso para nosotros.

Si la iglesia se ha convertido en una rutina o ritual, entonces es hora de renovar nuestro concepto de iglesia convirtiéndonos en “recién nacidos del Espíritu”.  Vengan a la iglesia “hambrientos y sedientos de justicia” y serán saciados.

Ciencia y Salud declara: “Podemos unirnos a esta iglesia solo a medida que nazcamos de nuevo en el Espíritu, a medida que alcancemos la Vida que es Verdad y la Verdad que es Vida produciendo los frutos del Amor, echando fuera el error y sanando a los enfermos”. (cit. C&S17, 35:19-25) Este fue el fundamento sobre el cual se edificó el cristianismo y se demostró su Verdad sanadora.

“Las piedras principales en el templo de la Ciencia Cristiana han de encontrarse en los siguientes postulados: que la Vida es Dios, el bien, y no el mal; que el Alma es impecable, y no ha de ser encontrada en el cuerpo; que el Espíritu no está, y no puede ser, materializado; que la Vida no está sujeta a la muerte; que el hombre es espiritual y verdadero no tiene nacimiento, ni vida material, ni muerte”.  (C&S. pág. 288:20)


SECCIÓN 4 – Dar gracias, dando a los demás.

A veces, el Día de Acción de Gracias puede parecer una paradoja.  Por un lado, se trata de dar gracias por el bien ya recibido.  Por otro lado, también podemos estar agradecidos por la oportunidad de bendecir y dar a los demás en nuestra propia práctica de sanación.

No es una calle de un solo sentido.  La curación es como una piedra arrojada al agua.  Bendice a todos los que están dentro de su radio, incluyéndonos a nosotros mismos.  Lucas nos dice: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro regazo”. (cit. B17, Lucas 6:38)

Sin embargo, puede haber momentos en los que sintamos que estamos dando más que recibiendo.  El sentido personal puede tentarnos a sentirnos resentidos o a que se aprovechen de nosotros. Entonces es hora de examinar nuestros motivos para dar.  ¿Estamos dando porque nos sentimos obligados o no tenemos otra opción?  ¿Estamos dando con la esperanza de obtener algo a cambio?  ¿O estamos dando para glorificar a Dios? Lucas nos dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón:” (cit. B18, 2 Corintios 9:7 (a;))

A medida que dejamos caer la carga de hacer que las cosas sucedan de acuerdo con nuestra propia capacidad personal y miramos a Dios como el único “gran Dador”, entonces la responsabilidad pasa de nuestros hombros a los de Dios. (C&S, p. 112:19) El libro de los Hechos nos asegura que “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre todas las cosas, abundéis para toda buena obra, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” (cit. B18, 2 Corintios 9:8, 11.)

Darle la gloria a Dios evita que nos sintamos agotados.  ¿Te imaginas a Jesús sintiéndose alguna vez agotado?  Eso es difícil de imaginar porque siempre fue “movido por el Espíritu”, Dios, en todo lo que hacía.  ¿No dijo?: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana” (Mateo 11:28-30)

Los apóstoles y los primeros cristianos también lo demostraron. El libro de los Hechos está lleno de la maravillosa obra de sanidad que hicieron.  Sus corazones ardían mientras predicaban, enseñaban y sanaban.  En lugar de sentirse agotados o agobiados, ¿no tienes la impresión de que afrontaron cada tarea con alegría, inspiración y coraje?  Hechos nos dice: “… Y los discípulos estaban gozosos y llenos del Espíritu Santo. (Hechos 13:52)

Mary Baker Eddy escribe: “Dar no nos empobrece en el servicio de nuestro Hacedor, ni retener nos enriquece. Tenemos fuerzas en proporción a nuestra comprensión de la verdad, y nuestras fuerzas no disminuyen por proclamar la verdad”. (cit. C&S21, 79:31-3)

El Himno 360
Es un gran resumen de esta sección:

El que da se vuelve rico,

pues riqueza es el dar;

La simiente en el granero

pierde todo su valor.

Si tu carga es pesada,

si tus pasos lentos son,

presta ayuda a tu hermano;

Dios tu carga aliviara.

 

Si tu vida está vacía,

Solo Dios la llenará;

Él de vida es la fuente

Que el anhelo calmará.

Si el frio egoísmo quita fuerza al corazón,

Sólo amando y sirviendo, vida eterna encontrarás

(Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 360:1, 2)


 SECCIÓN 5 – ¡Dar gracias porque Dios es Dios!

Aunque parezca que no hay nada por lo que estar agradecidos, ¡todavía podemos agradecer a Dios por ser Dios!  ¿Alguna vez has hecho eso?  ¿Dar gracias a Dios sin ninguna agenda o sin ninguna cosa material en mente?  ¿No es esa una oración pura y maravillosa?  Pablo aconseja en hebreos: “Ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. (cit. B22, hebreos 13:15.)

A medida que llenamos nuestros corazones con alabanzas a Dios, se disipa cualquier oscuridad o duda que intente infiltrarse en la conciencia.  Nos recuerda lo que es importante– nuestro primer Amor, Dios.

Ciencia y Salud declara: “El hombre camina en la dirección hacia la que mira, y donde esté su tesoro, allí estará también su corazón. Si nuestras esperanzas y afectos son espirituales, vienen de lo alto, no de abajo, y dan como antaño los frutos del Espíritu”. (cit. C&S27, 451:14)


 

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