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LA SUPREMACÍA DEL ESPÍRITU DESTRUYE LA CREENCIA MORTAL LLAMADA MATERIA
Ideas de aplicaciones metafísicas para la Lección Bíblica trimestral de la Ciencia Cristiana sobre

 

Materia”
del 14 al 20 de marzo de 2022

 

por Kathy Fitzer, Lake St. Louis, MO
kathyfitzer@gmail.com

 

traducción libre de P.Kelly autorizada por W.Huff

 

INTRODUCCIÓN:

El reino de la materia parece tan impresionante – tan imponente – tan absorbente. Pretende traer placer y traer dolor, causar tanto miedo como alivio. Pero, ya sea que la materia asuma la fachada del bien o la del mal, verdaderamente nunca es más que una percepción. La Ciencia Divina revela que lo que llamamos materia substancial es simplemente una “mentalidad material” — “conceptos fugaces de la mente humana” (Ver Sección 1, citas C3 y C4; 173: 12-13; 263: 32-3). Y así, a medida que la percepción cambia, la materia pierde su poder de influenciar.

 

Puede parecer un gran salto aceptar que la materia no es algo concreto, porque el testimonio de los sentidos materiales parece muy convincente. Y por eso pido a las personas a que no se obsesionen ni se queden empantanadas con esta idea, si (en este momento) esto parece demasiado difícil de aceptar. Pero también exhorto a cada uno a mantener el pensamiento abierto y aceptar lo que realmente tiene sentido. Esta Lección aborda el tema desde una perspectiva muy lógica. Presenta el argumento de que Dios, el Espíritu, es supremo – es Todo – y es el creador de todas las cosas. Aceptando esta premisa, se sigue que la materia no tiene creador y por lo tanto debe ser simplemente la supuesta ausencia del Espíritu — así como la oscuridad es la ausencia de luz. Digo supuesta porque si Dios, el Espíritu, llena todo el espacio (y el ejemplo de Jesús y la Ciencia de Cristo han demostrado que efectivamente así lo hace), entonces nunca hay un momento en que el Espíritu no sea supremo y siempre presente. Los animo a buscar referencias a ese hecho a lo largo de la Lección, y aquí estaremos discutiendo algunas de ellas.

 

Aunque todo esto me parece muy lógico, y lo creo con todo mi corazón, ciertamente no lo he demostrado completamente – ¡estoy lejos de eso! Pero confío en que a medida que procedo paso a paso, adhiriéndome a la verdad absoluta de que el Espíritu es supremo y que la materia es solo una percepción equivocada que puede (y debe) corregirse y caer a los pies del Espíritu, en esa medida veré más y más de la realidad de la presencia de Dios. Mientras esto esté sucediendo, las mentiras de la materia (sean buenas o malas) se desvanecerán en el trasfondo. Entonces se produce la curación. Nuestro mundo necesita desesperadamente curación – mientras enfrentamos las imposiciones del odio, la guerra, la enfermedad, el engaño, la dominación, el desequilibrio y la destrucción de todo tipo. ¡Nuestras oraciones hacen una diferencia! Nuestra creciente comprensión de la supremacía del Espíritu permite que esa supremacía se demuestre en nuestra vida personal y en el mundo como un todo. Cada uno de nosotros debe hacer lo mejor que pueda y mantener la expectativa de ver las cosas cada vez más claramente a medida que avanzamos.

 

 

El TEXTO ÁUREO compara la Palabra de Dios con una llama consumidora y un martillo destructor. En este caso, el hebreo traducido como “palabra” se refiere al mensaje, al decreto y al poder de Dios – el Espíritu – que destruye todo lo que no sea semejante a sí mismo. La Biblia Amplificada traduce el versículo de esta manera: “¿No es Mi palabra como fuego [que consume a todo lo que no puede soportar la prueba]?” dice el Señor, “y como un martillo que rompe la roca [más resistente] [en pedazos]?” En este contexto, Jeremías condena específicamente a los falsos profetas y al orgullo humano. Pero, me parece a mí que se aplica con la misma eficacia a cualquier cosa que se oponga a la supremacía del Espíritu — que pretenda afirmar que existe poder en cualquier cosa que no sea el bien absoluto.

 

 

En la LECTURA ALTERNADA, Dios está hablando por medio de Su profeta Jeremías, advirtiendo a la gente que no busque respuestas en la astrología ni caiga en el brillo de los ídolos. Varias traducciones explican la inutilidad de los ídolos comparándolos con espantapájaros: “Las estatuas de sus dioses no pueden hablar. Son como espantapájaros en un campo de pepinos. Sus estatuas tienen que ser llevadas porque no pueden caminar. Así que no tengáis miedo de sus dioses. Ellos no pueden hacerte ningún daño. Y tampoco pueden hacerte ningún bien. (NRSV adaptada, Jeremías 10: 5). La Lectura Alternada continúa hablando acerca de cómo estos ídolos “perecerán”. Pero “Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno” que llena el cielo y la tierra.

 

Deberíamos preguntarnos acerca de qué espantapájaros modernos nos están tentando hoy. ¿Qué cosa pensamos que nos puede dañar o ayudar, pero que en realidad no tiene ni voz, ni fuerza, ni poder? Nuestros ídolos son a menudo más sutiles que los tallados y moldeados en madera y metales preciosos. Pero no son menos seductores. Y, a menudo, no es la cosa en sí misma, sino lo que pensamos sobre ella. Por ejemplo, la comida, la bebida, el ejercicio, la salud, los amigos, la familia y el dinero pueden ser cosas muy buenas. Pero, cuando empezamos a pensar que nuestra felicidad (o infelicidad) depende de estas cosas, las hemos convertido en ídolos. Y hay otras cosas que probablemente sean aún más sutiles y personales, a las que también debemos estar atentos — como, por ejemplo, el status. ¿El remedio? Reconocer constantemente la grandeza, la omnipotencia y la “unicidad [la cualidad de ser único]” de Dios, el uno y [único] Espíritu, que siempre está ahí para nosotros… proveyéndonos, manteniéndonos seguros, sanos y en paz.

 

No importa cuán auténticos y convincentes sean los anuncios comerciales, o los informes de noticias, o los consejos de amigos y familiares, ¡necesitamos ir directamente a Dios para determinar lo que realmente necesitamos y lo que realmente está sucediendo! Si el mensaje que recibes es bueno y perdurable y no tiene altibajos (bien y mal), ¡entonces confía en él!

 

SECCIÓN 1: LA PERMANENCIA Y LA CONFIABILIDAD DE LA PALABRA DE DIOS

 

Un mensaje consistente se encuentra a lo largo de toda la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: Que Dios es uno. Que Dios es Espíritu. Y que Dios, el Espíritu, no comparte Su poder o gloria con nadie ni con nada más. La Palabra de Dios — el mensaje y el diseño de Dios para Su creación — es confiable y consistente. La Palabra de Dios “permanece para siempre”. Y suaviza los altibajos de la experiencia humana. Puedes contrastar eso con las opiniones mortales expresadas por (o impuestas a) las personalidades mortales. Esas opiniones y creencias a menudo enfatizan las diferencias, en lugar de resolverlas. Afortunadamente, las opiniones de los mortales no tienen el poder de perdurar. Ellas tienen que secarse como la hierba y marchitarse como las flores (cita B3, Isaías 40:4, 5, 8).

 

Entonces, cuando te enfrentas a una situación en la que parece reinar el conflicto — ya sea en algo tan leve como un desacuerdo personal o una incomodidad menor, o algo aparentemente más serio, como una guerra o una enfermedad debilitante — la respuesta radica en darse cuenta de la “unicidad” y la omnipotencia de la Palabra de Dios. El Espíritu reina, sin dejar lugar a una creación material llena de conflictos, ya sea que se expresen en disputas entre voluntades mortales o en cualquier tipo de condición discordante.

 

Como comprendió racionalmente Mary Baker Eddy: “Si el Espíritu es todo y está en todas partes, ¿qué es y dónde está la materia?” (cita C1, 223:6-8). Realmente, ¡Qué y dónde! ¿La respuesta? La materia (cualquier cosa limitada o limitante) “sólo existe en una supuesta conciencia mortal”. (cit. C5, 278:13-17) Por lo tanto, nunca necesita ser apreciada o temida. Para ver a través de ella y llegar a lo que realmente está sucediendo, debemos mantenernos enfocados en la Verdad: los hechos del bien como creados y conocidos por Dios. “A medida que nos aproximamos al Espíritu y a la Verdad, perdemos la conciencia de la materia” (cit. C5, 278:13-17). Eso se vuelve totalmente lógico cuando pensamos en términos de puntos de vista cambiantes.

 

Cuando estamos mirando en una dirección, perdemos de vista lo que antes habíamos visto mirando en otra dirección. Del mismo modo, las sombras que parecen tomar forma en la oscuridad desaparecen en la luz. Por lo tanto, mantén el pensamiento enfocado en el hecho de que hay un Dios que da vida a toda la creación y gobierna todo armoniosamente. No hay conflicto en el Espíritu — todas las cosas se mueven en perfecta armonía. Cuando el conflicto parezca estar presente, rehúsate a caer en el informe de los altibajos, y observa cómo la permanencia de la Palabra de Dios reforma y moldea la situación hasta que aparece la armonía.

 

 

SECCIÓN 2: DIOS (NO LA MATERIA O EL

CEREBRO) ES LA FUENTE DE LA SABIDURÍA

 

Me encantó revisar los orígenes hebreos de las palabras traducidas como sabiduría y entendimiento en la cita inicial de esta sección. (Job 28:12, 23.) La sabiduría incluye las ideas de habilidad y prudencia, mientras que la inteligencia abarca las ideas de discernimiento, percepción y perspicacia. ¿No sería el mundo un lugar mejor si entendiéramos que Dios está expresando cada pizca de habilidad, prudencia, discernimiento y perspicacia que cada uno necesita para ser bendecido individualmente, sin entrar nunca en conflicto con las bendiciones de los demás? Dios, el Espíritu, lo sabe todo y comunica lo que cada uno de nosotros necesita saber en el momento en que lo necesitamos saber.

 

¡Daniel demostró este concepto tan bien! El rey Nabucodonosor era conocido como el rey más grande de la dinastía caldea de Babilonia. Conquistó Siria y Palestina y estableció a Babilonia como una ciudad excepcional. Pero, quizás, es más conocido por destruir el Templo de Jerusalén e iniciar el cautiverio babilónico de la población judía. ¡Pero él no entendió que la fuente de la sabiduría era Dios! En consecuencia, cuando tuvo un sueño inquietante que quería que se le revelara e interpretara, llamó a los caldeos. Estos eran miembros de la tribu dominante en Babilonia y eran conocidos por su uso de la brujería y la astrología. Una cosa es que te pidan que interpretes un sueño. Pero Nabucodonosor aparentemente no recordaba esta vez el contenido del sueño. Simplemente sabía que era muy perturbador y quería una explicación. Los caldeos respondieron con una sensación de indignación – era una locura que alguien preguntara tal cosa. Daniel respondió con confianza que el rey tendría su respuesta.  Dios (la Mente) lo revelaría. ¡Y por supuesto él lo hizo! (cita B8, Daniel 2:1-5, 6, 10, 16, 19, 20, 23)

¿Cuál es la lección para nosotros? Interpretar sueños no es algo que nos llamen a hacer muy a menudo. Pero si somos llamados a analizar situaciones, tomar decisiones y resolver problemas todos los días — a nivel personal y en una escala mayor. Hoy en día, en lugar de depender de la astrología y la brujería, estamos tentados a depender del “poder del cerebro” o “encuestas”, “opiniones humanas” u otras medidas materiales. ¡Eso no es más confiable! El cerebro — la materia — no tiene poder para pensar o razonar. “La materia no puede efectuar las funciones de la Mente”, como explica el libro de texto de la Ciencia Cristiana (cit. C7, 478:22-23). Cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, la indecisión o la confusión de lo desconocido, podemos afirmar, como lo hizo Daniel, que la MENTE sabe todo lo que se necesita saber — ya sea en relación con el presente, el pasado o el futuro. Y, como la expresión de la Mente, podemos estar en comunión (compartir pensamientos íntimos) con la Mente para escuchar las respuestas correctas, dar los pasos correctos e incluso resolver problemas que parecen incognoscibles o que sucedieron en el pasado (cit. C11, 84: 11-18). Todo lo que verdaderamente existe es la inmediatez de la Mente infinita expresada.

 

SECCIÓN 3: LOS IMPERIOS MATERIALES CAEN…EL REINO DE DIOS REINA PARA SIEMPRE

 

En esta sección se revela el sueño del rey Nabucodonosor y su interpretación. En ese momento, se creía que los sueños eran vehículos importantes a través de los cuales Dios se comunicaba con el pensamiento humano. Se pensaba que los reyes eran los destinatarios escogidos de tales mensajes divinos. Pero, la interpretación de un sueño era a menudo un misterio. Daniel aclara que la única razón por la que pudo responder a las necesidades de los reyes era porque Dios le había revelado las respuestas. La tarea estaba más allá del alcance del intelecto humano. Daniel explicó que las cuatro capas de la estatua representaban los cuatro imperios políticos — los babilonios, los medos y persas, los griegos y los romanos, que gobernarían esa región sucesivamente, pero que finalmente fracasarían. El brillo exterior y el glamour de esta poderosa estatua representaban el orgullo del poder y la arrogancia de la fuerza y ​​el intelecto humanos que conducirían a la caída de todo el sistema monárquico y a un reino dividido. En última instancia, todos los imperios humanos se derrumban, pero el reino de Dios (el gobierno de Cristo, la roca de la Verdad) reina para siempre (cit. B10, Daniel 2:27, 28, 31-37, 40, 41, 44).

 

El sueño haría que el rey Nabucodonosor considerara la supremacía de Dios — al menos por un momento. Desafortunadamente, es una lección que parece desvanecerse con el tiempo — para los gobernantes del pasado y para nosotros hoy. Los dioses falsos y las formas materiales que intentan impresionarnos hoy pueden ser más sutiles que en tiempos pasados. O pueden ser igual de flagrantes — como se vio en el intento del “imperio” ruso de derrocar al gobierno y la soberanía de Ucrania. Pero, independientemente de la forma, cualquier cosa que sugiera algo distinto a la supremacía de Dios debe desmoronarse… independientemente de lo impresionante que parezca.

 

El hecho es que el Espíritu, la Mente, es la única sustancia verdadera — ¡y es completamente bueno y permanente! El sueño del que nos ocupamos hoy es lo que se puede denominar un sueño “despierto”. A menudo no nos damos cuenta de que estamos soñando y, por lo tanto, no nos damos cuenta de la necesidad de despertar del sueño. Mary Baker Eddy se refiere al “sueño de que la materia y el error son algo” y dice que este sueño “debe ceder a la razón y a la revelación” (cit. C14, 347:26-27).

 

Encuentro útil considerar qué tan real puede sentirse un sueño dormido, sabiendo que las imágenes que parecen ser tan reales son realmente solo una “formación de pensamiento más bien que de la materia” (cit. C15, 71:10). Lo mismo es cierto acerca de todas las formas materiales aparentemente sólidas que nos rodean — ya sea que se llamen belleza y bien ilusorios y transitorios, o males arraigados como la enfermedad, la discordia, las limitaciones y la guerra. La clave para encontrar una armonía constante es comprender que el Espíritu es supremo — y real — mientras que la materia parece serlo, pero no lo es (tal como un sueño parece ser verdadero, pero no lo es).

 

Nuestro trabajo es traducir todo en pensamientos, reconociendo las ideas espirituales permanentes que desplazan los sueños materiales ilusorios — que siempre son falsificaciones (cit. C16, 123:12). La paz es la realidad y la guerra es el sueño. La abundancia es la realidad y la carencia es el sueño. La salud es la realidad y la enfermedad el sueño. No importa cuán deslumbrante parezca el sueño — es un imperio fallido que debe desmoronarse y caer — dejando intacta la supremacía del Espíritu y el reino de Dios, como siendo una base segura para que todos se mantengan firmes sobre ella. ¡Y la misma Mente que reveló las respuestas a Daniel está aquí para revelarnos las respuestas a nosotros y a todos!

 

 

SECCIÓN 4: LA LEY DE DIOS LIBERA

 

Todos los días podemos elegir qué leyes honraremos y cuáles descartaremos como ilegítimas. Esa no es una licencia para engañar, robar, matar, mentir o incluso desobedecer las leyes de tránsito. Pero, elegir la ley del Espíritu, y rechazar las así llamadas leyes de la materia, nos permite demostrar la libertad que Cristo Jesús nos mostró como posible. Jesús desafió — y anuló — las leyes de la enfermedad, la muerte, la carencia, la locura e incluso la amenaza de la violencia de la turba. Y se negó a aceptar una interpretación falsa de la ley que prohibía trabajar en el día de reposo. En respuesta a la pregunta de si era “lícito sanar en el día de reposo”, Jesús respondió con otra pregunta. ¿Era correcto liberar a las ovejas que habían caído en un hoyo en el día de reposo? Si. Bien, entonces ciertamente era correcto liberar a un hombre de la limitación de una mano lisiada (cit. B14, Mateo12:10-13)

 

Este es solo un ejemplo entre muchos de Jesús anulando “las supuestas leyes de la materia, opuestas a las armonías del Espíritu”. Él demostró que tales leyes (pecado, enfermedad, muerte, guerra, limitación) carecen de “autoridad divina y que tienen sólo la aprobación humana como su sanción” (cit. C20, 381:32). Quita esa aprobación (o aceptación) humana al entender que la materia no tiene base real porque se opone a la infinitud de Dios, el Espíritu. El cuadro material debe cambiar a medida que cambiamos nuestra visión. No hay momento más importante que ahora mismo para hacer valer nuestra autoridad dada por Dios para “argumenta[r]… los hechos verdaderos acerca del ser armonioso” (cit. C22, 376:18-27). Por muy convincente que sea el sueño del testimonio material, es nuestra responsabilidad rechazar las leyes falsas y reconocer a Dios, el Bien, como el único legislador ¡La ley de Dios, que incluye los principios de armonía, seguridad, amor, salud, vida y abundancia imparcial, es suprema!

 

Nuestro trabajo es no ser persuadidos a creer en nada excepto lo que Dios ha ordenado. Eso no es enterrar la cabeza en la arena. Es abrir nuestros ojos a la realidad del Reino de Dios, presente ahora. Y, a medida que abrimos los ojos y nos aferramos inquebrantablemente a lo que es verdad, demostraremos armonía en nuestras propias vidas y la haremos realidad para el mundo entero. Como Ciencia y Salud revela, “Dios es el legislador, pero Él no es el autor de códigos bárbaros” (cit. C23, 381:16). Esos códigos bárbaros que se expresan como soberbia, codicia, arrogancia y maldad de todo tipo, no tienen fuente u origen, porque no son de Dios. La humanidad vive, se mueve y tiene su ser en Dios – en la armonía. Entonces, independientemente de cuán convincente sea el cuadro mortal, tenemos la responsabilidad de aferrarnos a la verdadera imagen hasta que la experiencia humana coincida con la realidad de Dios como el único legislador — ¡el supremo libertador!

 

 

SECCIÓN 5: EL RUIDO DE LA MATERIA ES SILENCIADO POR LA GRANDEZA DE DIOS

 

Hay mucho ruido bombardeándonos sobre todas las cosas malas que suceden en nuestro mundo en estos días. ¡Pero debemos recordar que, de hecho, es solo ruido! Independientemente de la evidencia material, debemos recordar, como lo hizo el salmista, que “El sonido del agua es fuerte. Las olas del mar son poderosas. Pero el Señor arriba es mucho más grande” (cit. B15, Salmo 93:1, 4, versión ICB). No importa cuán perturbador sea el ruido, ¡Dios es más grande!

 

El Salmo 46 continúa describiendo el caos y la destrucción, posando como una amenaza entonces, como ahora — tormentas, guerras, destrucción (tanto mental como física). PERO, también incluye la instrucción de “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. O, como la traducción El Mensaje parafrasea ese verso, “¡Sal del tráfico! Mírame larga y amorosamente a mí, tu Dios Altísimo, por encima de la política, por encima de todo” (cit. B16, Salmos 46:2, 3, 6, 10). ¡Qué fácil parece ser hipnotizado por las condiciones de este mundo — quedar atrapado en todo el ruido y el temor! Pero, la manera de ayudar — de ser una fuerza para el bien — es reconocer la omnipresencia de Dios y Su Reino que está aquí, incluso cuando sea invisible debido a la niebla del sentido mortal que tan a menudo envuelve el pensamiento.

 

En una conferencia reciente patrocinada por mi iglesia filial, la oradora dio un ejemplo del puente Golden Gate en San Francisco, California, que desaparece de la vista cada vez que la densa niebla llega al área — como sucede a menudo. No hay ninguna señal de que el puente esté allí. Y, sin embargo, no le ha sucedido nada. Los autos continúan viajando por él, y es tan sólido como siempre. Pero puede ser difícil convencer a alguien que no esté familiarizado con el puente de ese hecho. “¡No lo creo!” ellos pueden decir, “porque mis sentidos físicos no pueden verificar lo que me estás diciendo. ¡No hay puente!” ¡Sin embargo, su argumento no cambia el hecho!
Haga clic aquí si desea escuchar y/o compartir más sobre el fenómeno de niebla del puente Golden Gate en esta charla reciente de Giulia Nesi Tetreau, CSB, titulada“La búsqueda para experimentar a Dios”.   La charla estará disponible en el sitio web de nuestra iglesia en http://csheals.org/lectures hasta finales de marzo. La charla está en inglés, para entrar haz Ctrl+clic al inicio]

 

Encontré muy poderosa esta cita de Hebreos … “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (cita B17, Hebreos 12:28). El reino de Dios — el reino de la armonía — no es afectado por el ruido o la niebla de la creencia mortal que llamamos materia. Y, aquí, nuestra oración es tener la gracia (la capacidad de estar quietos y salir del tráfico) para servir a Dios dando testimonio de lo que es verdadero — de la presencia de la grandeza de Dios — independientemente de las apariencias. Esta gracia se resume bellamente en esta definición del griego dada en la Concordancia de Strong: “la influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida; incluyendo la gratitud”.

 

Podemos estar agradecidos de que el Reino esté intacto y que Dios es más grande que las formas más atroces e indignantes de la materia. Y podemos sentir la influencia divina en nuestro corazón — y saber que lo divino está teniendo una influencia en lo que parecería ser el corazón más endurecido.

 

Y podemos esperar ver que la evidencia física cambie para estar de acuerdo con la armonía del Reino de Dios. Como dice Mary Baker Eddy sobre este versículo en el Salmo 46, “’Dio Él su voz, se derritió la tierra” Esta frase de las Escrituras indica que toda la materia desaparecerá ante la supremacía del Espíritu” (cit. C26, 97:11-14, 28). Porque, como nos asegura el Texto Áureo, la Palabra de Dios es como un fuego y un martillo — ¡que aplasta y quema todo lo que se opone a la supremacía del bien!

 

Debemos permanecer firmes y aferrarnos a lo que sabemos que es verdad. Y, “A medida que el pensamiento humano cambie… la manifestación visible será finalmente el hombre gobernado por el Alma, no por el sentido material”. Tú continúa orando. Escucha la Palabra de Dios y magnifica lo bueno. Reconoce la curación — grande y pequeña, la tuya y la de los demás — que sucede ahora, que sucedió en el pasado y que esperamos en el futuro. De esta manera, probaremos que “la materia es nada más que una creencia mortal” (cit. C27, 125:12-16, 22-26, 31-2). ¡Y todo nuestro mundo será bendecido!

 

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