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¡Reconoce a la Mente, Dios, como la fuente de todo el bien y de todo el entendimiento!

Kathy Fitzer

Publicado el lunes 17 de febrero de 2020

¡Reconoce a la Mente, Dios, como la fuente de todo el bien y de todo el entendimiento!

Ideas de aplicación metafísica para la Lección Bíblica de la Ciencia Cristiana sobre

“Mente”

del 17 al 23 de febrero de 2020

por: Kathy Fitzer

kathyfitzer@gmail.com

traducción libre de P.Kelly autorizada por W.Huff

Texto áureo: Dios da sabiduría a todos. El conocimiento y la comprensión fluyen libremente de la Mente divina — otro nombre para Dios. Solo tenemos que reclamarlos como nuestros y saber que también pertenecen (por reflejo) a todos los demás.

Me interesó descubrir que la palabra habilidad o talento es otro término comúnmente asociado con cada una de las palabras griegas traducidas aquí como sabiduría, conocimiento y comprensión. Entonces, cualquier habilidad que necesitemos expresar en un momento en particular, podemos reclamarla como nuestra, cuando reconocemos que su fuente es Dios, la Mente.

Lectura alternada: siempre que — por cualquier razón — nos veamos tentados a sentirnos desesperados o indefensos ante una situación en particular, es útil, — de hecho, es obligatorio — recordar que “Todo proviene de Él [Dios]; Todo pasa a través de él; Todo termina en él. ¡Siempre gloria! ¡Siempre alabanza! Si. Si. Si. (Rom.11: 36, Versión El Mensaje) La sabiduría que más necesitamos es el entendimiento de que Dios es la fuente de todas las cosas, — ¡verdaderamente el TODO de todo! ¡Nunca nos quedamos con nuestros propios recursos! Varios versículos de la lectura alternada describen el efecto de ganar sabiduría y comprensión (ver Prov. 3: 23, 24; Prov. 4: 22): (1) Atravesaremos lo que se nos presente de manera segura, sin tropezar; (2) Cuando nos acostamos para dormir (o simplemente cuando llega la oscuridad de la noche) no tendremos miedo y podremos dormir tranquilos, sin ansiedad; y (3) esta comprensión nos vitaliza y nos permite experimentar la salud.

Sección 1: La Mente es la fuente de la sabiduría perfecta y de todo el bien.

Diariamente nos enfrentamos a decisiones, algunas muy pequeñas y aparentemente intrascendentes, algunas bastante importantes, y muchas intermedias. A veces sentimos que no sabemos lo suficiente como para tomar una decisión informada. O tal vez nos encontremos en una situación en la que es realmente importante saber la respuesta correcta — al dar un examen o al responder la pregunta de alguien. Agradezcamos que nunca tenemos que conformarnos con una sensación desesperada de “simplemente no lo sé”.

Hay siempre una respuesta porque la Mente infinita está siempre a mano. A medida que aprendemos a “pedirle a Dios” podemos esperar escuchar qué camino tomar y tener las respuestas que necesitamos. Qué promesa la de Santiago: “Pero cualquiera que necesite sabiduría debería preguntarle a Dios, cuya naturaleza misma es dar a todos sin pensarlo dos veces, sin llevar la cuenta. Ciertamente se dará sabiduría a quienes la pidan”. (B2, Versión CEB)

¿Por qué luchar para resolver las cosas nosotros mismos cuando tenemos esta seguridad? “La Mente perfecta emite perfección, pues Dios es la Mente”. (C1) ¡La perfecta y completa Mente nos comunica ideas perfectas y completas porque Dios es todo y solamente bueno! Cuando entendemos nuestra relación con Dios y nos damos cuenta de que Dios, la Mente, envía constantemente dones perfectos, nos damos cuenta de ese bien siempre presente y no podemos tener “conciencia de la existencia de materia o error”. (B2 y C4) ¡Eso trae curación a cualquier situación discordante! Podemos preguntar … ¿el don o regalo es bueno? Si no lo es, es impotente para aferrarse a nosotros, para asustarnos o influenciarnos.

Sección 2: Dios da sabiduría, conocimiento (o ciencia) y alegría (gozo).

Cuestioné este versículo de Eclesiastés que dice que Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a “quien le agrada”. (B5, Versión NRSV) ¿Dios no da esos regalos a todos sus hijos? Al leer el versículo en el contexto del capítulo, se planteó la cuestión respecto del valor del trabajo duro — del trabajo que no parecía dar lugar a una recompensa inmediata. El predicador responde que hacer lo correcto agrada a Dios, y la sabiduría, el conocimiento y la alegría siguen luego. Un estudioso de la Biblia señala que es “la voluntad de Dios que los seres humanos disfruten de la vida”. Eso no significa que todo saldrá según lo planeado, pero siempre podemos encontrar sabiduría, conocimiento y alegría si aceptamos los dones de Dios. (B5, Versión New Interpreter’s Bible)

¿Acaso la experiencia de José no demostró esto? No parecía que su trabajo fuese recompensado, pero la sabiduría que recibió terminó bendiciendo a toda una nación e incluso a las naciones vecinas, incluida su familia. (B6) José no tenía respuestas propias, pero Dios ciertamente se las dio. ¡Ciencia y Salud explica que este desarrollo de la sabiduría es una ley divina disponible para ser utilizada por todos nosotros! Dios siempre está impartiendo sabiduría. ¿Qué debemos hacer para recibirla? Ser gobernados por Dios (C7) Familiarizarnos con la “Ciencia del ser”. (C8) Continuar construyendo un “conocimiento de la Ciencia del ser”. (C9) Y, “se[a] firme en [nuestra] comprensión de que la Mente divina gobierna, y que en la Ciencia el hombre refleja el gobierno de Dios”. (C11) Este trabajo nunca es intelectual. Lo expresamos renunciando a un falso sentido de una identidad separada de Dios y cediendo al poder de la Mente que ama impartir infinita “sabiduría, conocimiento (ciencia) y alegría (gozo)”.

Sección 3: Construir sobre la roca de la Ciencia de la Mente

Mary Baker Eddy llamó a su descubrimiento Ciencia Cristiana por una buena razón. La ciencia se describe en una página de internet llamada my Synonym Finder como: “un cuerpo de conocimientos, un cuerpo de hechos o información, un cuerpo de leyes o principios, un cuerpo de verdades o hechos reales o realidades”. Y el diccionario Webster de 1828 define la ciencia como “comprensión de la Verdad; conocimiento.” Jesús dejó muy claro que sus enseñanzas no contradecían la ley de Dios, sino que la cumplían. (B11) Era conocido por enseñar con autoridad porque todo lo que enseñaba se basaba en su conocimiento de la ley de Dios — que no cambia. Aseguró a sus oyentes que si seguían sus enseñanzas, su capacidad para enfrentarse a todo lo que se les presentara sería tan inquebrantable como una casa construida sobre una base de roca que podría soportar inundaciones y viento. (B12) Un amigo recientemente compartió un artículo del Christian Science Journal de abril de 2004 por Carol Dee Lewis. Se llama “Curación, — porque no hay temor en la totalidad del Amor”. Hablando de la referencia de Jesús al hombre sabio que construye sobre una roca, el artículo dice: “¡La Roca, — la Verdad del Cristo — la Verdad sin temor! Jesús no dijo que las tormentas no vendrían porque hemos construido sobre la roca. ¡Dijo que sobreviviríamos a las tormentas porque estamos sobre esa roca, el Cristo!”

Mientras Jesús enseñaba de acuerdo con la Ciencia de la Mente, Mary Baker Eddy delineó los principios de esta Ciencia de una manera que nos permite a todos comprenderlos y demostrarlos. Edificando sobre el sólido fundamento de la Verdad, podemos proceder sin miedo. Comenzando con lo que LA MENTE sabe, podemos estar seguros de ver y experimentar lo que la Mente ha diseñado — lo cual siempre es bueno y está completamente separado de las limitaciones de la materia. (C14 y C15) Me encanta que saber o conocer incluso en “pequeño grado” que “el ser es santidad, armonía, inmortalidad” es suficiente para “eleva[r] el estándar físico y moral de los mortales”, “aumenta[r] la longevidad” y “purifica[r] y elevar el carácter.” ¡No tenemos que saber todo lo que hay para saber sobre Dios! Solo aférrate a los hechos. Haremos progresos, y este progreso “destruirá finalmente todo error y sacará a la luz la inmortalidad”. (C16) ¡Alégrate en los pequeños pasos -los pasitos de bebé! ¡Solo asegúrate de mantener el pensamiento establecido en la roca de la Verdad!

Sección 4: La transformación a través de dar la bienvenida al Cristo en el pensamiento

Creo que es importante preguntarnos … ¿Qué tan ansioso estoy por transformar mi pensamiento (y mi vida), incluso si eso significa cambiar algunos de mis puntos de vista y mis acciones? ¡La forma en que Zaqueo respondió a Jesús fue EN GRANDE! No hay razón para pensar que estaba buscando “curación”. Probablemente, simplemente tenía el deseo de ver a este hombre que estaba causando tanto revuelo. Jesús lo contactó A ÉL. Y él RESPONDIÓ, sin embargo. ¿La última línea de la historia no se aplica a nosotros tanto como a Zaqueo? “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. (B15)

Cristo, la Verdad, está tan listo y ansioso por entrar en la conciencia de cada uno de nosotros como Jesús lo estaba por entrar en la casa de Zaqueo. ¿Es posible que Jesús vio algo que necesitaba ser despertado en el pensamiento de Zaqueo? Jesús ya había demostrado interés en los “pecadores” y también en los “hombres ricos”. La mayoría de los ricos con los que había tratado no habían estado dispuestos a renunciar a sus riquezas. Aunque Zaqueo no estaba en peligro de volverse pobre, estaba dispuesto a soltar parte de sus riquezas. Eso, combinado con el hecho de que era lo suficientemente humilde como para correr primero y luego trepar a un árbol (¡una actitud muy poco digna!) para lograr su objetivo de ver a Jesús, nos dice mucho sobre él. Podemos aprender de, y emular a, Zaqueo en su “disposición llegar a ser como un niño y dejar lo viejo por lo nuevo”. Estemos felices, contentos de dejar atrás viejos hitos. La promesa de “la armonía final” debería ser suficiente para estimularnos a buscar, albergar y responder al Cristo. (C20)

Sección 5: Reconoce con gratitud a la Mente como el Principio de la curación

Cuando Jesús sanó de lepra a los diez hombres, se informa que solo uno regresó para dar gracias a Jesús y alabar a Dios por la curación. (B19) Presumiblemente los diez fueron sanados, pero ¿ganaron tanto como ganó este samaritano que reconoció el poder de la misericordia de Dios? Es natural estar agradecido por la libertad física, pero nos estamos perdiendo un ingrediente importante si simplemente aceptamos la curación y luego continuamos sin detenernos para reconocer a la Mente como la fuente de todo el bien y para enfatizar el dar gracias y verdaderamente alabar la bondad de Dios.

Especialmente importante es no caer en la trampa de preguntarse si algo hubiera funcionado de todos modos — si hubiera mejorado por sí solo. Mary Baker Eddy dice: “No puede haber curación excepto por esta Mente …” (C24) ¡Qué importante es recordar eso y estar agradecido por la omnipotencia de la Mente! Seremos bendecidos (como sin duda lo fue el samaritano) al apegarnos al “camino recto y estrecho” que es “ver y reconocer” que “todo lo que realmente existe es la Mente divina y su idea, y en esta Mente se encuentra que el ser entero es armonioso y eterno” A medida que “cede[mos] a este poder y segui[mos] las indicaciones de la verdad”, la curación está asegurada. (C26)

Sección 6: Reconocer una Mente revela la hermandad del hombre

Al observar la división que parece tan descontrolada en todo el mundo de hoy, ¿quién puede discutir que tenemos la responsabilidad, como estudiantes de la Ciencia Cristiana, de hacer lo que podamos para contemplar la influencia unificadora de la Mente? El sexto artículo de fe nos lo pide: “prometemos velar, y orar para que haya en nosotros aquella Mente que hubo también en Cristo Jesús”; y luego están los pasos prácticos a seguir para demostrar los atributos de la Mente (es decir, seguir la Regla de Oro y ser misericordiosos, justos y puros). (C32) Tener la Mente de Cristo tiene que incluir el reconocer que solo hay una Mente y que todos la reflejan

Pedro le dijo a Cornelio, un romano gentil [no judío, y pagano] y un converso parcial: “Realmente entiendo que Dios no muestra parcialidad …” (B21, Versión NRSV) Él corrigió la falsa creencia de Cornelio de que Pedro, como persona, era responsable de su salvación [la de Cornelio]. La comprensión de Pedro del amor universal de Dios resultó de una serie de visiones. Puede requerir oración devota de nuestra parte (como lo fue necesario para Pedro) para poder comprender que el hombre de Dios no está dividido en raza, nacionalidad, género, clase económica o inclinación política. Jesús entendió todo esto porque entendió completamente la unidad de Dios y, por lo tanto, la unidad del hombre. Nosotros también podemos entenderlo, y ver que todos reflejan este amor unificado.

Se nos dice que nos conozcamos a nosotros mismos, y así recibamos de Dios “la sabiduría y la ocasión para una victoria sobre el mal”. (CS30) Debemos conocernos a nosotros mismos (y a los demás) tal como DIOS nos conoce. Pero, también, vigilar el pensamiento, evitando la admisión de cualquier “modelo[s] imperfecto[s]”. (C31) Comenzar y permanecer con UNA MENTE, puede ser una alegría … y está a nuestro alcance. ¡El mundo entero será bendecido por nuestros esfuerzos!

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