¿Buscas Sabiduría, Comprensión y Paz Mental? ¡Pide a Dios y lo recibirás!
Ideas de Aplicación de la Lección Metafísica para la Lección Bíblica Trimestral de la Ciencia Cristiana:
“Mente”
13 al 19 de Febrero de 2023
Por Kathy Fitzer de Lake St. Louis, MO
Traducción libre por Elizabeth Wong autorizada por Warren Huff
INTRODUCCIÓN, TEXTO AUREO, Y LECTURA ALTERNADA
Mientras escucho los informes de todo el mundo – ya sea el terremoto de Turquía y Siria o las zonas asoladas por la guerra y la agitación política, me doy cuenta de lo importante que es comprender que la Mente siempre tiene soluciones. El Amor está revelando y manifestando estas soluciones. Nuestro trabajo – la forma en que nosotros podemos ayudar – es comprender la omnipotencia, la omnipresencia y la omnisciencia de la Mente y la unidad del hombre con ella. Eso es suficiente para derribar todas las barreras, incluyendo la destrucción, el conflicto y la división que parecen prevalecer en todas partes que vemos.
También hay mucha preocupación en estos días sobre lo que se llama una crisis de salud mental. Esto puede tomar muchas formas – desde una leve confusión, inseguridad y dudas hasta depresión severa y pensamientos suicidas. Pero, cada individuo realmente está siendo tiernamente sostenido en el Amor como una Idea completa de la Mente. Nadie – está solo. La preocupación de que los estudiantes hayan resultado heridos como consecuencia de una interrupción en su experiencia escolar durante la pandemia también es un desafío, y la lista continúa. Pero ¡las cosas no son desesperantes! Como estudiantes de la Ciencia Cristiana, podemos (y debemos) defendernos a nosotros mismos y a nuestros semejantes de estas imposiciones, y ayudar a sanar. La lección bíblica de esta semana es muy útil para enseñarnos a orar sobre cualquier discordia o limitación que se nos imponga. En última instancia, el mensaje es que hay solo una Mente. Esta Mente es infinita. Y el hombre y el universo expresan plenamente esta Mente omnisciente y omnipotente. A medida que busquemos sabiduría y comprensión de nuestra infinita y amorosa Mente – Madre – Padre, las respuestas nos serán reveladas.
El Texto Áureo de esta semana es una oración de bendición de 2ª Timoteo. Y dice: “… que el Señor te dé entendimiento en todas las cosas”. Se me ocurre lo útil que es esta idea cada vez que nos enfrentamos a lo que parece ser una falta de comprensión, o una sensación de confusión o conflicto. Puede ser que sintamos la necesidad de comprender mejor un tema académico, o una situación a la que nos enfrentamos. O puede que no estemos de acuerdo con alguien con quien tratamos. En el primer caso, podemos simplemente pedir a Dios que nos dé comprensión. Pero, en el segundo, podemos orar para que todas las partes puedan entender la revelación de Dios, evitando así una batalla de voluntades o diferencias irreconciliables.
La palabra synesis procedente del griego como síntesis, puede ser comprendida como “una preparación mental”. Pero! es Dios el que brinda las ideas – el que nos da a cada uno visión y comprensión – y la capacidad de conocer lo que se necesita saber en todo momento, en todas las cosas!. Por lo tanto, si sentimos que necesitamos entender algo mejor, como si nuestras vidas están a merced de otro (como un funcionario del gobierno o cualquier variedad de profesionales), o que todo nuestro mundo está en problemas, la clave es reconocer a Dios (la Mente) como la fuente de todo entendimiento, ¡y pedirle a Dios que nos revele esa sabiduría y entendimiento a todos nosotros!
En la Lectura Alternada encontramos a Job buscando sabiduría de un modo similar a como la gente podría buscarla hoy en día (cuando la búsqueda en Internet no es una opción…). ¿puede ser comprado? ¿se puede encontrar en las opiniones de los demás, en los registros históricos o en las teorías científicas? Es posible que los medios humanos se hagan evidentes a medida que buscamos una comprensión de un tema concreto o tratamos de descubrir como navegar por un camino determinado. La clave, sin embargo, como leemos en Job, es darse cuenta de que el único lugar verdadero para encontrar la sabiduría y el entendimiento está en Dios (la Mente). Me encanta lo que dice la Nueva Traducción Viviente de la Biblia de Estudio sobre la sabiduría, vista desde la perspectiva de Dios. Dice: “Cuando Dios mira por toda la tierra, ve Su propia sabiduría expresada en Su creación” (Job 28:23). ¡Es la sabiduría de Dios! Pero esa sabiduría es expresada y vista plenamente en todo el universo de Dios, incluso en todos los seres vivos.
La sabiduría y la comprensión son nuestras – integradas dentro de nosotros, como el azúcar y la mantequilla en las galletas. Pero ¿cómo las experimentamos cuando parece que nos faltan? Las citas de Proverbios nos dicen que necesitamos clamar por sutileza y pedir comprensión. ¡Eso implica un verdadero deseo y disponibilidad de aceptar realmente lo que la Mente sabe y conoce! Tenemos que acostumbrarnos a pedir y confiar en la Mente para que nos oriente en todo lo que hacemos, más de lo que nosotros confiamos en las opiniones humanas o incluso en la investigación humana. Lo que escuchamos como resultado de preguntar y escuchar de todo corazón puede coincidir con lo que otros nos dicen. Pero puede que no. Hemos oído la expresión: “Confía en tu instinto”. A veces oímos la voz de Dios como una intuición profundamente arraigada y una tranquila sensación de convicción de que una determinada dirección es la correcta. A medida que aprendemos a confiar en eso, nosotros descubrimos que, en verdad, el Señor da sabiduría, conocimiento y entendimiento… ¡a todos!
SECCIÓN 1: EL HOMBRE COEXISTE CON LA MENTE INFINITA QUE ES DIOS
El tema de la inteligencia, la sabiduría y la comprensión vienen de Dios – y la necesidad de dirigirnos a Dios, la Mente, para encontrarlos – continúa en esta primera sección. La cuarta cita, de Job, se ha traducido: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del omnipotente le hace que entienda” (cita B4, Job 32:8 AMPC). Me encanta la idea de que esta fuerza vital de inteligencia ya está dentro de nosotros. No es algo que necesitemos conseguir. Entonces, cuando le pedimos sabiduría a Dios, ¿no estamos realmente pidiendo que se revele lo que ya está establecido? Para mí, eso no es lo mismo que la predestinación. Es simplemente saber que todo lo que necesitamos ya está al alcance de la mano, y que puede realizarse justo en el momento correcto. Una búsqueda en Internet en nuestros ordenadores simula este tipo de conocimiento instantáneo, pero la capacidad de Dios para revelar respuestas es mucho más grande. Es infinita – ilimitada (cit. B1, Salmo 147:1,5, cit. S2, 310:10).
Mencionamos el hecho de que el universo, incluido el hombre, es la expresión de la sabiduría de Dios. Pero aquí vemos la unidad – la coexistencia – de Dios y el hombre. No hay separación. Es por eso qué podemos esperar saber siempre lo que necesitamos saber cuándo necesitamos saberlo. Si la Mente sabe (y la Mente sabe todo lo que se puede saber), la expresión de Dios, el hombre, sabe. No somos lo mismo que Dios. Pero cada cualidad de Dios está incorporada en nosotros. Hace unas semanas, Christie compartió la analogía de una gota de agua que es distinta del océano, pero que incluye cada elemento del océano. Como leemos en la cita S5, “Dios y el hombre no son lo mismo, pero en el orden de la Ciencia divina, Dios y el hombre coexisten y son eternos. Dios es la Mente progenitora, y el hombre es el vástago espiritual de Dios” (cit. S5, 336:1-2, 6-12, 28). Así pues, ¡no hay nada que la Mente sepa que nosotros no podamos saber!
Otra cosa importante de esta primera sección es la introducción de la idea de que “la inteligencia es omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia” (cit. S4, 469:8). La omnisciencia incluye “la cualidad de conocer todas las cosas a la vez; conocimiento ilimitado o infinito”. La omnipresencia es “el estado de estar presente en todos los lugares en todo momento”. Y, omnipotencia es “el estado de tener influencia o autoridad ilimitada” (Diccionario Webster de 1828). Eso no deja lugar a lapsus o lagunas. ¡Reclama esta Mente como la única Mente y no habrá nada que no pueda ser conocido o hecho por cualquiera de nosotros!
SECCIÓN 2: PARA SER TODO LO QUE PUEDAS SER, PÍDELE A DIOS SABIDURÍA
Me parece que hay una tendencia humana a pensar demasiado bien de nuestras capacidades, o muy poco de ellas. Ninguna de las dos es saludable. Siempre estamos en problemas si los vemos como nuestras capacidades, o nuestra comprensión de las cosas. Salomón nos da un gran ejemplo. En un sueño, Dios le ofrece a Salomón todo lo que quiera para que emprenda la aventura de ser rey. Como era joven e inexperto (algunos sugieren que tenía 19 o 20 años), y como sabía que una gran parte de su trabajo sería servir como juez, Salomón pide “un corazón entendido… para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo” (cit. B6, 1 Reyes 3:5-7,9-12).
La palabra hebrea traducida como entendimiento aquí incluye las ideas “escuchar; oír inteligentemente; discernir; obedecer”. Todas estas cualidades indican un sentido de humildad y la comprensión de que Dios (Espíritu, Mente) es la fuente de todo lo que necesitamos. Entonces como Salomón, todo lo que necesitamos hacer -independientemente de lo que estemos enfrentando – es pedir a Dios que nos dé este tipo de entendimiento. El propósito de preguntar es simplemente reconocer la fuente. No se trata de que si Dios (Amor) concederá o no tal petición.
Como leemos en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, “La Mente es Dios… todo poder, toda presencia, toda Ciencia. Por lo tanto, todo es en realidad la manifestación de la Mente” (cit. S8, 275:20). Un conocimiento de esto entonces “eleva al pensador a su ambiente nativo de discernimiento y perspicacia” (cit. S11, 128:14). ¡Me encanta la idea de que la perspicacia (una comprensión intuitiva profunda) y el discernimiento (una visión mental aguda) sean parte de nuestro estado natural – incorporados! ¡Pedirlas a Dios por ellos es simplemente reconocer su verdadera fuente, así que ni el orgullo ni la inseguridad pueden enturbiar las cosas!
SECCIÓN 3: EL HECHO DE QUE DIOS ES LA ÚNICA MENTE ELIMINA EL CONFLICTO
A lo largo de la Biblia resuena una y otra vez un mensaje… hay UN Dios. Encuentro la analogía dada en Santiago muy útil para ver que, dado el hecho de que hay un Dios y aceptando que Dios es Mente, sólo el bien puede proceder de esa Mente. Creo que todos estamos de acuerdo en que una fuente no echa agua dulce y agua salada al mismo tiempo y una higuera no da bayas de olivo, etc. (cit. B7, Santiago 3:11-17. Así pues, sólo el bien – claridad, productividad, armonía, así como una acción oportuna, inteligente e innovadora – puede proceder de la Mente. No hay otra mente.
Piensa en cuántos problemas en este mundo surgen de la creencia de que hay muchas mentes separadas pensando e intentando resolver los problemas por su cuenta. Lo que inmediatamente viene a la mente son sugerencias de insuficiencias personales, confusión, divisiones entre la familia, los amigos y en el ámbito político. Y luego está la guerra abierta, y mucho más. Dando un paso más, los problemas de salud surgen de la creencia de que hay mente en la materia. Todas las formas de conflicto y discordia se reducen básicamente a la suposición de que hay algo fuera de la armonía de la Mente.
Las soluciones a todas y cada una de estas sugerencias vienen cuando aceptamos el hecho de que “En la Ciencia, la Mente es una, e incluye noúmeno y fenómenos, Dios y Sus pensamientos” (cit. S13, 114:1-17). Eso significa que no hay separación entre lo que Dios sabe y lo que se sabe. Lo que Dios conoce sobre y para Su creación constituye la naturaleza de la creación y se expresa como esa creación. La mente Mortal (que se presenta como mentes personales individuales o “humanidad enferma y pecadora”) es un falso sentido de la Mente.
En Ciencia y Salud se nos dice que “es sabio considerar seriamente si es la mente humana o la Mente divina la que está influenciando a uno” (cit. S12, 82:31-2). Si es la Mente divina (buena, armoniosa y que bendice a todos), prestamos atención. Si es la mente humana, necesitamos cuestionar y disputar el testimonio. Como Pablo escribió a los romanos: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del espíritu es vida y paz” (cit. B8, Romanos 8:5-9). Según tengo entendido, los términos mente carnal y mente mortal se pueden usar indistintamente. Encontré esta reveladora declaración en Ciencia y Salud con respecto a por qué Mary Baker Eddy utiliza el término mente mortal. Ella escribe: “Debido a que, en obediencia a la ley inmutable del Espíritu, esta así llamada mente se destruye así misma, la denomino mortal” (Ciencia y Salud 210:21-23). ¡Hay una Mente! El mal (en cualquiera de sus formas) no tiene inteligencia. Cuando nos damos cuenta de esto, el error es exterminado en la conciencia – al igual que los insectos no deseados son exterminados en su hogar (cit. S15, 469:13-17).
SECCIÓN 4: LA FALSEDAD DEL DESEQUILIBRIO MENTAL ES ELIMINADA
Los evangelios ofrecen varios ejemplos de personas con pensamientos perturbados – descritos como endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sano. (cit. B9, Mateo 4:23,24). Esta semana, de nuevo tenemos el relato de Jesús liberando al hombre conocido como Legión porque “muchos demonios habían entrado en él” (cit. B10, Lucas 8:22, 26-35). Cuando los relatos aparecen con frecuencia en nuestras Lecciones, me parece importante no pasarlos por alto, sino buscar nuevas ideas. Esta vez, se me ocurrió que al hacer que los demonios abandonaran al hombre y entraran en el cerdo, y que el cerdo se ahogara en el lago, ¡demostraba la absoluta imposibilidad de recaída!
Más tarde, encontré otro pensamiento útil en el Christian Science Journal de febrero de 2023, en un artículo titulado: “¡Estos no son mis pensamientos!”. Por Karen Neff. La autora se refiere a la misma historia relatada en Marcos 5:1-15. Ella escribe: “Jesús vio claramente que este espíritu inmundo no era el verdadero ser del hombre y le ordenó salir. Luego comenzó a negociar, pidiendo que los muchos malos pensamientos que tenían secuestrado al hombre pudieran pasar a la manada de cerdos cercana. Jesús estuvo de acuerdo, que los pensamientos autodestructivos se hicieran evidentes mientras los cerdos corrían hacia el mar y se ahogaban. Este relato ilustra el poder de Cristo para silenciar eternamente el miedo y las falsas creencias y expulsarlos. El mandato de Jesús: “Sal del hombre, espíritu inmundo”, indica claramente que los malos pensamientos nunca pertenecieron realmente al hombre, sino que fueron una imposición sobre él.”
En la Ciencia Cristiana aprendemos que no importa la forma en que el mal se presente. Si esto no es bueno, la Mente no lo reconoce. Y, si la Mente que todo lo sabe no lo conoce, como Nosotros podemos saberlo. Como escribe Mary Baker Eddy: “El Científico Cristiano, al comprender científicamente que todo es Mente, comienza con la causalidad mental, la verdad del ser, a destruir el error. Este correctivo es un alternante, que llega a todas las partes del organismo humano. Según las Escrituras, sondea “las coyunturas y los tuétanos”, y restaura la armonía del hombre” (cit. S21, 423:8). Una creencia falsa sin un creyente deja de ser incluso una creencia. Y, por lo tanto, se deduce que la mala creencia debe desaparecer.
Hoy en día encontramos personas que se enfrentan no sólo a la locura, sino también a la depresión, la pérdida de memoria y otros tipos de problemas de salud mental. Ciertamente, estas afirmaciones de la mente mortal pueden ser, y están siendo, sanados hoy como lo fueron en tiempos de Jesús. Un ejemplo de tal curación moderna aparece en un artículo titulado, ENFERMEDAD MENTAL CURADA M, Por Jon L. Larson en el 1 de diciembre de 2012 Christian Science Sentinel. Aquí hay un enlace compartible:
https://journal.christianscience.com/shared/view/dw5wr9s5j0?s=copylink
Es verdad lo que leemos en 2ª Timoteo: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (cit. B11, 2ª Timoteo 1:7).
SECCIÓN 5: EXPERIMENTEMOS LA UNIDAD CON CRISTO TENIENDO LA MENTE DE CRISTO
Jesús entendió que Dios era el Padre de todos – y, por tanto, rechazó la creencia en la división y la mentalidad de “nosotros/ellos”, lo cual era común en su época, como lo es en la nuestra. Cuando nosotros comprendemos que “todos los hombres tienen una única Mente, un único Dios y Padre, una única Vida, Verdad y Amor”, como hizo Jesús, podemos esperar ver el fin de la guerra y el conflicto, y reconocer la verdadera hermandad del hombre (cit. S23, 467:9). Jesús enseñó la importancia de obedecer el mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esto sólo puede hacerse si “solemnemente prometemos velar, y orar para que haya en nosotros aquella Mente que hubo también en Cristo Jesús; hacer con los demás lo que quisiéramos que ellos hicieran con nosotros; y ser misericordiosos, justos y puros” (cit. S27, 497:24).
Recientemente me compartieron un artículo que me dio una perspectiva totalmente diferente de lo que significa amar a mi prójimo como a mí mismo. El título del artículo es “¿Quién es mi prójimo?” y fue escrito por L. Ivimy Gwalter. Es del Christian Science Sentinel del 18 de noviembre de 1967. Aquí hay un enlace del artículo para compartir:
https://sentinel.christianscience.com/shared/view/14a5km4re3u?s=copylink
El artículo señala que “[el abogado a quien Jesús hablaba] no debía ver y amar a su prójimo como un mortal errado o afligido fuera de sí mismo. Sino que debía ver su propio ser verdadero a semejanza de Dios tan claramente y amarlo tanto que constantemente manifestara este ser y así fuera prójimo de los demás, bendiciendo a todos dentro del radio de su pensamiento”. Para mí, mantener ese verdadero sentido de nuestra propia identidad – y así poder ver la verdadera identidad de los demás – es tener la Mente de Cristo. Es reconocer al hombre ideal (el Cristo) en nosotros mismos y en los demás. Y es vivir de acuerdo con las pautas dadas a los Efesios: “Compórtense con toda humildad, mansedumbre y paciencia. Acéptense unos a otros con amor” (cit. B12, Efesios 4:1-6,13, CEB) Al hacer esto, las diferencias políticas, educativas, económicas, raciales y culturales que nos dividirían son vistas sin importancia.
Debemos aprender, como aprendió Pedro antes de conocer a Cornelio, que “a ningún hombre llame común o inmundo” (cit. B13, Hechos 10,1-5.25-28.34.35, TLB). Qué bendición para nuestro mundo darse cuenta de la verdad de esta afirmación: “todos somos partes de un solo cuerpo, tenemos el mismo Espíritu, y un solo Espíritu, y todos hemos sido llamados al mismo futuro glorioso” (cit. B12, Efesios 4:4, TLB).
SECCIÓN 6: RECLAMA A LA ÚNICA MENTE COMO LA MENTE DE TODOS
Todos tenemos un Padre/Madre… una Mente… ¡y todos son amados, adorables y amorosos! Por muchas pruebas en contra que nos arrojen los sentidos materiales, “los hijos de Dios tienen una sola Mente” (cit. S28, 470:16). Todos somos hijos (la descendencia y la plena expresión) del “Dios del amor y de la paz” (cit. B16, I Corintios 13:11). Me encanta el hecho de que el Señor nos da sabiduría, conocimiento y entendimiento. Dios mantiene a salvo a Sus hijos y les da buen juicio y una sensación de paz. Porque este es el caso, todos “comprenderán lo que es correcto, justo e imparcial y encontraras el buen camino que debes seguir” (cit. B15, Proverbios 2: 6-9, GNT).
Independientemente de lo desconcertados que nos sintamos a veces (o los demás), afirmemos que hay una sola Mente, y que no hay otra, esto ¡traerá sanación! Amémonos a nosotros mismos, a nuestro prójimo y a nuestro mundo lo suficiente como para defenderlo de cualquier mala sugerencia. El amor lo hace posible. La mente nos conoce y nos mantiene sanos y salvos. ¡Y eso es cierto para TODOS!