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¡Sienta hoy el consuelo sanador del amor de Dios!

Ideas de aplicación metafísica para la lección bíblica trimestral de la Ciencia Cristiana sobre

“Ciencia Cristiana”

para el 20-26 de junio de 2022

por John y Lindsey Biggs, C.S. de Maryland Heights, MO

541 418 1176 johnbiggscs@gmail.com

541 460 3515 biggs.lindsey@gmail.com

Traducción libre de Rafael Ramírez y autorizada por Warren Huff.


INTRODUCCIÓN

La lección de esta semana tiene muchos temas hermosos sobre el amor sanador, reconfortante y restaurador de Dios. Este ministerio de curación se expresó maravillosamente a través de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Luego fue dado a residir permanentemente con nosotros a través del Consolador, el Espíritu de la Verdad, que trae todo lo bueno -nuestra naturaleza espiritual- a nuestra memoria para el beneficio curativo de todos.

A través de esta Lección Bíblica, tenemos la seguridad del amor eterno de Dios, que nos muestra el verdadero conocimiento de nosotros mismos y de los demás, y nos anima a compartir esta riqueza espiritual también con los demás.


Texto áureo

La palabra “consuelo” viene del latín comfortare que significa “fortalecer mucho”.

El amor de Dios te atrae hacia esos brazos reconfortantes de paz y amor; te envuelven, te arropan y te esconden con seguridad hasta que las tormentas hayan pasado. El amor de Dios te nutre hasta que te sientes restaurado, en paz y renovado. El amor de Dios es fuerza y dulzura al mismo tiempo.

El amor reconfortante de Dios te ayuda a verte a ti mismo cómo te ve el Amor -puro, sin mancha, sin pecado, espiritual, perfecto y libre-, especialmente cuando tú no te ves así. Su amor te asegura que “eres mi hijo amado en quien me complazco”. Nos permite tomar profundas bocanadas de Espíritu, sentirnos refrescados y tranquilos – como una suave brisa. Su amor nos hace sentir felices, reconfortados y fuertes – listos para correr nuestra carrera. Su amor nos dice “Creo en ti; ¡puedes hacerlo!” El amor de Dios es como un espejo que nos permite ver y saber quiénes somos realmente y a qué lugar pertenecemos. El amor de Dios nos permite decir “sí” a Dios – estar de acuerdo con Dios con todo tu corazón y tu alma.

Este amor reconfortante nos permite confiar en lo que somos como descendencia espiritual de Dios. No ve ni una pizca de pecado en nosotros o en nuestra identidad.

Este amor reconfortante nunca nos deja donde nos encontró. Su presencia restaura, bendice y sana. Nunca nos vamos con las manos vacías. Por el contrario, “sentir la paz inefable que viene de un amor espiritual que lo absorbe todo”. (Ciencia y Salud, p. 264)


LECTURA ALTERNADA

La lectura responsiva sigue con otros hermosos pasajes de Isaías.

“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.” Isaías 40:11

Se hacen eco del tema del poderoso y sanador Amor de Dios: Dios restaurando, ayudando y calmando. ¿No queremos cada uno de nosotros sentirnos arropados en el seno de Dios? Seguros, tranquilos y libres. Tomados de la mano de nuestro Papi y dejando que nuestro Dios Padre-Madre haga el trabajo. Estos pasajes nos aseguran que es nuestra naturaleza apoyarnos en Dios, y es la naturaleza de Dios darnos la fuerza, la dulzura, el valor, la paz y la paciencia que necesitamos. Dios hace el trabajo pesado. Nosotros nos encargamos de ceder y escuchar.

Al igual que el profundo y bello océano sostiene un gran y pesado buque de carga, el mismo agua sostiene a las crías de gansos. No importa lo pesadas o ligeras que sean las cosas. Es una ley de Dios que afecta a todos. Nosotros estamos siendo sostenidos de la misma manera con un amor que es tan poderoso como el océano y suave como la marea. Es un amor poderoso que abraza a todos y a cada uno.

Estos pasajes están llenos de la acción de Dios. El amor reconfortante y sanador de Dios que nos anima!

Según los estudiosos de la Biblia, el libro de Isaías se divide en tres partes:

Primero de Isaías (Isaías 1 – 39) Isaías de Jerusalén

Segundo de Isaías (Isaías 40-55) Profetas en el exilio

Tercer de Isaías (Isaías 56-66) Después del exilio

“Uno de los más grandes poetas de la Biblia hebrea, el profeta anónimo conocido como segundo Isaías llevó un mensaje de esperanza y consuelo a sus compañeros exiliados durante los últimos años del cautiverio babilónico (c. 540 a.C.). Anunciando que el tiempo de castigo de Judá se ha cumplido, el segundo Isaías proclama que Jehová no sólo ha perdonado plenamente a su pueblo, sino que también le concede la libertad, guiándolo en un “nuevo éxodo” fuera de Babilonia y de vuelta a la Tierra Prometida”. (The Old Testament, An Introduction to the Hebrew Bible, Stephen L. Harris, p. 254)


SECCIÓN 1 – GRANDE ES LA FIDELIDAD DE DIOS

Estos pasajes de las (1 | Lamentaciones 2:17) y del 2 | Deuteronomio 7:6, 9, 13) son grandes pasajes para recordarnos lo fiel y bueno que es Dios.

Hay un gran himno que acompaña perfectamente a estos pasajes:

¡Grande es tu fidelidad!

¡Grande es tu fidelidad!

Mañana tras mañana nuevas misericordias veo.

Todo lo que he necesitado Tu mano lo ha provisto.

¡Grande es tu fidelidad, Dios, para conmigo!

(Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 487:2)

“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;”  (2 | Deuteronomio 7:9)

¡Dios cumple su palabra! ¡Dios es fiel!

El diccionario Webster de 1828 define conocer como:

Percibir con certeza; entender claramente; tener una percepción clara y segura de la verdad, de un hecho o de cualquier cosa que realmente existe.

¡Conocer a Dios con absoluta certeza! Eso es lo que hizo Jesús. Conoció la Verdad y la verdad liberó a todos los que le rodeaban.

¡La comprensión correcta de Dios cura! Tal vez sea saber que Dios es la Mente que te proporciona las soluciones que necesitas; comprender la iluminación y el deleite del Alma que gobierna tu vida; o la energía del Espíritu que te da brío y vitalidad. Explorar cada uno de los siete sinónimos de Dios es una gran manera de entender a Dios más plenamente.

Es importante recordar lo perfecto y bueno que es Dios, y negar todo lo que nos impida verlo en nuestra experiencia (como la creencia de que la materia tiene poder, inteligencia, acción, etc.).

Mary Baker Eddy escribe sobre cómo la comprensión espiritual de Dios sana:

“Es nuestra ignorancia de Dios, el Principio divino, lo que produce la aparente discordancia, y el entendimiento correcto de Él restaura la armonía.”

(Ciencia y Salud, p. 390:7-10)

En muchos de los testimonios y artículos de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, siempre hay una correlación entre la curación y una nueva comprensión de Dios – sobre la naturaleza de la realidad y de la relación amorosa de Dios con el hombre. A menudo el autor dice que la curación física que se produjo fue el resultado de la increíble inspiración y comprensión que obtuvieron. Así es como funciona la curación espiritual. Ilumina nuestro pensamiento, deshaciéndose de esas cizañas mentales, de modo que obtenemos una conciencia pura de luz -una conciencia espiritual- y todo lo que no sea bueno se desvanece.

He aquí una de esas hermosas curaciones: La condición de la piel desapareció

¿Qué tiene que ver esto con Jesús? Jesús fue y es el cumplimiento de la promesa de Dios para nosotros. Él encarnó completamente la idea divina más que nadie, y demostró la totalidad del Espíritu, el amor de Dios y la nada de la materia.

Jesús vino a mostrarnos a todos la naturaleza de Dios. Definió y expresó claramente el gran YO SOY. Conocía a Dios, su Padre, con tanta claridad que la gente se curaba en su presencia.

Sin embargo, dijo que no hizo nada de esta bondad por sí mismo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. (Juan 5:30)

Fue el Cristo, la conciencia del bien a través del Espíritu Santo, que estaba obrando en él lo que produjo las obras de curación.


SECCIÓN 2 – EL CONSOLADOR PERMANECERÁ CON NOSOTROS PARA SIEMPRE

“Ciertamente consolará Jehová a Sion;… cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.”

¿No es esto lo que todos queremos? ¿Sentir el gozo y la alegría del Señor? ¿Prosperando, llenos de propósito, nuestra copa rebosando? Todo esto es el efecto de que Dios nos conforta. Dios nos devuelve la salud.

Me encanta parte de esta definición de Sión en Ciencia y Salud:

SION.  Fundamento y superestructura espirituales; inspiración; fuerza espiritual.” (Ciencia y Salud, p. 599)

Estas son las verdaderas cualidades de cada uno de nosotros. Representan quiénes y qué somos realmente.

¡Vive, siente y encarna estas cualidades hoy!

De la Investigación de la Lente Bíblica:

“Sión era originalmente el nombre del punto más alto de la ciudad de Jerusalén. Después de que David capturara esta fortaleza de los jebuseos (ver II Samuel 5:7), a menudo se le llamó la Ciudad de David. Con el tiempo, Sión se convirtió en sinónimo de Jerusalén e incluso de toda la nación de Judá. Siglos después, el escritor de Hebreos identifica a Sión como “a la ciudad del Dios vivoJerusalén la celestial” (12:22). El consuelo y la renovación eran promesas espirituales duraderas para los asediados judaítas. Aquí estas cualidades están representadas por plantas florecientes y cantos alegres, que ilustran el abundante cuidado de Dios en cada experiencia en el desierto”.

(Investigación de la Lente Bíblica, Christian Science Sentinel)

“Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” (I Juan 1:5) ¿Cuál es la función de la luz? Ilumina; hace brillar el camino; aniquila las tinieblas para que puedas ver con claridad; proporciona comprensión.

Parte del papel de Jesús era ser esta luz. Revelar la luz de Cristo; mostrarnos nuestra verdadera naturaleza divina. Cuando la gente veía esta luz, percibía quiénes eran realmente y lo bueno que es Dios, y se curaban. Saltaron, cantaron alabanzas, se regocijaron. No podían mantener la luz oculta. Tenían que salir y compartirla.

La luz siempre tiene un efecto! [Cuando sea y donde sea que llegue, nunca es “en vano”].

Jesús dijo: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” (7 | Juan 12:44, 46)

El Maestro era un reflejo y una transparencia tan clara para la Verdad que decía que cuando le veías, era como ver al Padre, a Dios. Imagina ser una ventana tan clara para Dios – limpiando toda esa mugre del yo, la limitación, el miedo, la falsa creencia, etc. – que cuando la gente te ve, simplemente ve la luz de Dios brillando a través de ti.

¡Este era el poder que representaba Jesús!

“El Padre que mora en mí, él hace las obras.” (8 | Juan 14:10) Es el Padre que habitaba en Jesús, y el Padre que habita en nosotros, el que hace las obras.

Del libro: Mary Baker Eddy: Sanadora Cristiana:

“Tal como lo ven los Científicos Cristianos, Jesús curó por reflexión. Dijo: ‘El Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre’ y ‘. . . el Padre que mora en mí, él hace las obras’. Mary Baker Eddy se hizo eco de esta idea: ‘Todo lo que he logrado lo he hecho apartando a Mary y dejando que Dios se refleje’. Cuando alcanzaba este tono, los enfermos se curaban sin una palabra’”.

(Mary Baker Eddy, Christian Healer, Edición Amplificada, p. 24-25)

Jesús también dijo que el Consolador, o el Espíritu de la Verdad, nos recordaría quiénes somos realmente. Esto es lo que hace la Ciencia Cristiana. Nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Tal vez por eso, cuando estudiamos la Palabra de Dios y escuchamos los mensajes de los ángeles de Dios, se siente como un verdadero regreso a casa.

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (8 | Juan 14:26)

La Investigación de la Lente Bíblica añade esto:

“Este Consolador, al igual que el Maestro, debe ser enviado por Dios, pero debe permanecer con ellos permanentemente”.

(Bible Lens Research, Christian Science Sentinel)


SECCIÓN 3 – EL VERDADERO CONOCIMIENTO Y LOS RÍOS LIMPIOS

Esos endemoniados mencionados brevemente en el pasaje de Mateo 8, compartidos aquí en la cita bíblica 10, eran grandes cosas en la época de Jesús. La palabra ‘demonio’, aunque hoy es una mala palabra, en aquellos tiempos estaba relacionada con una palabra griega que significaba ‘conocimiento’. Los demonios eran espíritus de conocimiento, algunos buenos, otros malos, pero era su supuesto poder de conocimiento sobre el estado del hombre, lo que les daba su relevancia en estas curaciones. En otras palabras, expulsar a un demonio o a un diablo significaba eliminar una falsa afirmación sobre el estado de una persona – negarse a aceptar el falso conocimiento sobre alguien. Si queremos ver quiénes somos realmente -y quién es realmente cualquier individuo de la familia del hombre- tenemos que asegurarnos de que buscamos una fuente de conocimiento precisa.

¿Qué ocurre cuando te metes en un río? Bueno, una de las cosas que sucede es que te limpias: el agua corriente elimina las capas de suciedad que se han acumulado. Para relacionarlo con mis comentarios anteriores sobre el falso conocimiento, el agua que corre revelará lo que realmente es cierto sobre ti: el hecho de que no eres una persona sucia y fangosa, sino que en realidad estás perfectamente limpio y claro. Muchos cristianos quieren ser bautizados en ríos, como puedes leer en un hermoso relato, “Bautizado en el Espíritu Santo“, en el número de julio de 2022 de The Christian Science Journal. (Fue escrito por el exalumno del CedarS, Roger Gordon, que ha estado sirviendo como capellán de la Ciencia Cristiana).  Muchas otras personas en todo el mundo siguen lavando la ropa y la vajilla en los ríos, y obtienen su agua potable de los ríos – todas estas son cosas que ayudan a la gente a sentirse segura, asentada y en casa. El Salmo 46, compartido en la cita bíblica 9, describe esto con una metáfora conmovedora: “Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana.”

Mary Baker Eddy define “RÍO.” cómo: “Conducto del pensamiento. Sereno y sin obstrucción, simboliza el curso de la Verdad; pero turbio, revuelto y precipitado, es un símbolo del error.” (Ciencia y Salud, p. 593:17-19)

Al combinar estas ideas -de la curación que surge del verdadero conocimiento de Dios y de uno mismo, y el símbolo y el poder de un río- veo lo importante que es que nuestro propio canal de pensamiento -literalmente la forma en que pensamos-, lo importante que es que nos rija algo verdaderamente bueno, verdaderamente digno de confianza. Esto es lo que ofrece la Ciencia Cristiana, la ley de Dios.

“El hombre es espiritual y perfecto; y porque es espiritual y perfecto, tiene que ser comprendido así en la Ciencia Cristiana.” (17 | 475:11–13) ilustra la importancia de tener una ley y atenerse a ella. La Ciencia Cristiana revela la verdad sobre el hombre -espiritual y perfecto- y, por tanto, hay que permitir que cualquier conocimiento demoníaco (cualquier otro supuesto conocimiento) sobre el hombre caiga sin más. Debemos permitirnos admitir la presencia y la posibilidad de que la perfección de Dios subyace y define la perfección del hombre, y regocijarnos en las cosas maravillosas que eso dice sobre nuestra capacidad, salud y oportunidad.


SECCIÓN 4 – REGOCIJARSE EN EL PODER DE DIOS, NO EN EL NUESTRO

Jesús “…les dio [a los discípulos] poder contra los espíritus inmundos…” (13 | Mateo 10:1, 5–8)

Este pasaje bíblico me llamó la atención de una manera curiosa. Es una descripción con la que estoy familiarizado, y normalmente paso de largo, pero hoy me quedé realmente atascado pensando en… hmmm… ¿era el poder de sanar un don especial y personal que Jesús otorgaba? Eso no concuerda con lo que el registro bíblico en su conjunto enseña sobre la naturaleza espiritual innata de todos. Recurrí a la sección de “Lecciones bíblicas” de Mary Baker Eddy en su obra, Escritos Misceláneos 1883-1896, y aunque este pasaje bíblico en particular no se explica, una idea muy similar, del Evangelio de Juan, es el primer pasaje que considera. Lo encontré muy útil para entender este pasaje. Ella escribe, citando primero un pasaje de Juan, y luego su explicación:

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. JUAN 1:12, 13.

¿Es la filiación espiritual del hombre un don personal que se le ha otorgado, o es la realidad de su ser en la Ciencia divina? El conocimiento de esta gran verdad, confiere poder al hombre para demostrar su Principio divino, lo que a su vez es un requisito para que comprenda su filiación, o unidad con Dios, el bien.  … Su filiación, mencionada en el texto, es su relación espiritual con la Deidad: no es, entonces, un don personal, sino el orden de la Ciencia divina. El apóstol nos urge a que aceptemos esta gran verdad: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Los mortales perderán su sentido de mortalidad —enfermedad, dolencia, pecado y muerte— en la proporción en que adquieran el sentido de la preexistencia espiritual del hombre como hijo de Dios; como linaje del bien, y no de lo opuesto a Dios —el mal, o un hombre caído.”

(Escritos Misceláneos, p. 180:21; 181:3-8, 20)

Fue realmente útil ver cómo el estudio posterior iluminó la sustancia de lo que realmente se enseña aquí. La sustancia de esto ciertamente se aplica también al relato de Mateo. A través de las enseñanzas y la demostración de Jesús, todos aprendemos de la “preexistencia espiritual del hombre como hijo de Dios”, y esto nos permite sanar, ver la revelación de lo que Dios ya ha hecho. La intemporalidad de esta oportunidad y capacidad es tan reconfortante, porque significa que esta salvación activa está disponible para todos. ¡La ley de Dios se aplica mucho más allá de los credos o antecedentes humanos!


SECCIÓN 5 – APRECIANDO A NUESTRO PASTOR

El libro del Apocalipsis en la Biblia es a menudo un libro difícil de entender para la gente. Estoy muy agradecida de que tengamos el capítulo de Mary Baker Eddy titulado “El Apocalipsis” en Ciencia y Salud, que nos guía a través de una parte del Apocalipsis y muestra lo vital que es la inspiración para nuestro estudio. Este pasaje en particular muestra la importancia de recibir voluntariamente la verdad, y de comprometerse realmente a “digerir” la verdad, estudiándola y viviéndola verdaderamente.:

“Y vi a otro ángel poderoso descender del cielo, vestido con una nube; y un arco iris estaba sobre su cabeza, y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego: Y tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra. Y él me dijo: Tómalo y cómelo; y te amargará el vientre, pero será en tu boca dulce como la miel”. (14 | Apocalipsis 10:1, 2, 9–11)

Solía preguntarme por qué Mary Baker Eddy insistía en que los Científicos Cristianos tuvieran Ciencia y Salud – no porque pensara que no era un libro necesario, sino porque parece tan obvio que un Científico Cristiano tuviera el libro de texto. Pero luego me sorprendí a mí misma, a lo largo de los años, haciendo accidentalmente más y más declaraciones (a clientes, a alumnos de la Escuela Dominical y a aquellos con los que simplemente compartía) que eran ciertamente indicativas de mi amor por la Ciencia Cristiana, pero también estaban más basadas en mi opinión.

Sin embargo, un día en mis estudios, me encontré con esta declaración:

“Un Científico Cristiano requiere mi obra Ciencia y Salud como su libro de texto, y así también todos sus alumnos y pacientes. ¿Por qué? Primero: Porque es la voz de la Verdad para esta época, y contiene la declaración completa de la Ciencia Cristiana, o la Ciencia de la curación por la Mente. Segundo: Porque fue el primer libro conocido que contuvo una declaración minuciosa de la Ciencia Cristiana. En consecuencia, dio las primeras reglas para demostrar esta Ciencia, y registró la Verdad revelada incontaminada por hipótesis humanas.” (25 | 456:26)

Me di cuenta de que no estaba siguiendo el espíritu de esta instrucción. Ciencia y Salud honra la capacidad de cada persona para entender y demostrar correctamente las verdades que en él se explican; el mejor regalo que podía hacer a mis clientes y alumnos de la Escuela Dominical era una mayor familiaridad con el libro (y con la Biblia) y honrar su propia capacidad innata para entender la letra y el espíritu. Siempre estoy muy agradecida de ver cómo cada pregunta se responde realmente en la Biblia y en los escritos de Mary Baker Eddy – a veces tenemos que buscarla, pero la sustancia de cada pregunta que podamos tener se responde ciertamente en nuestros preciosos libros.

La Palabra de Dios es una Palabra viva, y nos habla directamente a cada uno de nosotros. Lo siguiente se comparte con permiso. Nunca olvidaré una tarde en la que me pidieron que ayudara a un joven en un campamento de verano de la Ciencia Cristiana, que me dijo que estaba luchando con su creencia en la Ciencia Cristiana, pero que también necesitaba realmente algo de ayuda. Compartí algunas ideas pero estaba claro que esto no era suficiente. Estábamos sentados uno frente al otro en mi oficina del campamento, y simplemente abrí Ciencia y Salud y comencé leyendo tranquilamente. Pasaron unos 5 o 10 minutos y, de repente, se levantó como un rayo y dijo: “¡Ya no me duele! Me siento totalmente mejor”. Nos regocijamos juntos, él me preguntó qué había hecho, y yo sólo le dije que había estado leyendo Ciencia y Salud y que sabía, mientras leía, que él respondía a estas ideas. Los dos estábamos muy contentos, y el resto de la sesión fue maravillosa. Y, como muchos lectores de este boletín saben, todo el último capítulo, “Los Frutos de la Ciencia Cristiana”, se compone enteramente de relatos de curación estrictamente a partir de la lectura de Ciencia y Salud. ¡Es maravilloso ver cómo todos respondemos a la verdad!


SECCIÓN 6 – MOSTRAR CÓMO ES LA VERDAD

Es muy importante, y realmente divertido, participar activamente en el intercambio efectivo de la Ciencia Cristiana. Nosotros mismos somos la expresión misma de Dios: nuestra verdadera naturaleza espiritual muestra cómo es Dios. Por lo tanto, testificar y dar testimonio de Su ley no es ajeno a nuestra naturaleza. Ahora bien, todo el mundo es la expresión de Dios, por supuesto, así que el papel especial que los Científicos Cristianos pueden desempeñar no es exclusivo de lo que otros tienen que ofrecer, sino que es una invitación cálida y sanadora a considerar las cosas desde una perspectiva que es totalmente espiritual. Dios es tan bueno y nuestro Padre-Madre nos ama tanto a cada uno de nosotros. Qué maravilloso es dar un testimonio consciente y feliz de la naturaleza, la presencia y la totalidad del Amor.

La verdad sobre Dios y el hombre ES verdad, y nada puede cambiarla. Y estamos alegre y amorosamente equipados para mostrar esa verdad, porque así es como Dios nos hizo.

Las palabras de Mary Baker Eddy arrojan una luz fresca y vigorizante sobre la necesidad de la demostración activa:

“Una cosa está eternamente aquí; reina soberana hoy, mañana, para siempre. La necesitamos en nuestros hogares, en nuestra vida doméstica, en nuestros altares, porque con ella ganamos la carrera de los siglos. La tenemos sólo en la medida en que la vivamos. Ésta es esa única cosa necesaria: la Ciencia divina, por la cual el pensamiento se espiritualiza, expandiéndose hacia fuera y hacia arriba, hacia la Ciencia en el cristianismo: la Ciencia en la medicina, en la física y en la metafísica. Felices son aquellos cuyo Dios es Todo-en-todo, que sólo piden ser juzgados de acuerdo con sus obras, que viven para amar.”

(La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, p. 126:28-6)

 

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