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¡PERCIBE LA RENOVACIÓN DEL AMOR DE DIOS HOY!

Ideas de Aplicaciones Metafísicas para la Lección Bíblica trimestral de la Ciencia Cristiana sobre “Alma y Cuerpo” del 16 al 22 de mayo del 2022

Por John & Lindsey Biggs, C.S. of Maryland Heights, MO
541 418 1176 johnbiggscs@gmail.com
541 460 3515 biggs.lindsey@gmail.com

Traduccion libre de Maria Luisa Heron autorizada por W. Huff

INTRODUCCIÓN

La restauración y la renovación son temas claves en la Lección de esta semana. Esta Lección muestra todas las formas en que Dios, el Espíritu, nos renueva – desde renovar nuestro sentido de un pacto con Dios, restaurar la vida y la armonía, hasta renovar nuestra alma – nuestra capacidad para ver y comprender la Verdad. Este tipo de renovación nos permite ser como un “jardín regado”.

Mary Baker Eddy escribe:

“El sentido espiritual, contradiciendo los sentidos materiales, entraña intuición, esperanza, fe, comprensión, realización, realidad”.

(Ciencia y Salud, pág. 298)

“El sentido espiritual es una capacidad consciente y constante de comprender a Dios”. (Ciencia y Salud, p. 209:31–32)

Disfrutemos explorando juntos la Lección de esta semana con nuestro sentido espiritual y percibiendo más el amor y la realidad de Dios.

TEXTO ÁUREO

“…Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, y mi alma [mi sentido espiritual], la cual redimiste.” Salmos 71:23

Una definición de redimido:

“librado de la opresión, de la angustia, de la pena, de la responsabilidad…” (Diccionario Webster de 1828)

De thesaurus.com: restaurar; recuperar; reintegrar; rescatar; hacer el bien.

Y una hermosa definición de restauración:

“El acto de reponer en un estado anterior; Renovación; renacimiento; restablecimiento; Recuperación; renovación de salud y solidez” (Diccionario Webster de 1828)

Me complace la idea de convertirnos a nuestro estado natural, normal, como hijos de Dios, como se afirma en el primer capítulo de Génesis. Los hijos de un Dios perfecto, o Mente, que nos ha creado como Su descendencia perfecta. El universo real es completamente espiritual. Está totalmente en paz. Entonces, nuestro sentido de renovación es una capacidad renovada para ver esta realidad más claramente. Es la capacidad de demostrar la naturaleza espiritual de las cosas con resiliencia. Siempre hemos sido y seremos hijos de Dios. Cualquier cosa que intente negar esto es una suposición sin ninguna presencia o poder. Necesitamos negar cualquier cosa que intente impedir nuestro progreso.

LECTURA ALTERNADA

Estos hermosos pasajes de Jeremías dan un maravilloso sentido de restauración: un nuevo pacto; una nueva esperanza; nuevos comienzos; un verdadero regreso a casa; un sentido renovado del gobierno de Dios y un control armonioso.

“. . . este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” Jeremías 31:33

Después de que el pueblo de Israel y Judá se fueron en exilio durante 70 años, dejando sus hogares y destruyendo su templo, que era tan central para su culto y práctica religiosa, este mensaje de renovación y promesa de regreso debe haber sido muy importante para ellos. . ¡Dios haciendo nuevas todas las cosas! Dios restaurando todo lo que había sido deshecho. Dios poniendo un nuevo pacto en sus mentes. Un tipo de pacto que no depende del espacio, del tiempo ni de la ubicación física. Un pacto escrito en sus corazones que pudiera vivir, encarnar y llevar consigo dondequiera que fueran.

Más adelante, Jesús haría eco de este mensaje de una nueva alianza diciendo “el reino de Dios está dentro de vosotros”. (Lucas 17:21)

Este es el verdadero “tesoro” (Mateo 6:21), un tesoro espiritual en el que queremos poner nuestros corazones. Jesús dijo, en esencia, por qué preocuparse por las cosas físicas: dónde adorar, como alimentarse, con qué vestirse, etc. Él dijo: “… los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. (Juan 4:23)

También dio esta gran guía: “busquen primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas les serán añadidas.” (Mateo 6:33)

Esa es la esencia de la determinación. Mantener el pensamiento únicamente enfocado en Dios, en esta conciencia espiritual que está aquí y ahora.

La definición de Reino de los Cielos en el Glosario de Ciencia y Salud nos da algunas pistas de esta hermosa realidad.

“REINO DE LOS CIELOS. El reino de la armonía en la Ciencia divina; el reino de la Mente infalible, eterna y omnipotente; la atmósfera del Espíritu, donde el Alma es suprema.” (Ciencia y Salud, Mary Baker Eddy, p. 590:1)

A medida que mantengamos nuestro pensamiento enfocado en la Verdad que Dios ve y sabe, traeremos este sentido de bondad espiritual, renovado a nuestra experiencia. Entonces sentiremos que nuestra “alma [es] como un huerto regado; y [nosotros] nunca más tendrán dolor alguno”. Jeremías 31:12

SECCIÓN 1 – TU ERES EL TEMPLO DEL DIOS VIVIENTE

Un pacto, o promesa, implica un acuerdo que ambas partes cumplen.

En la cita B1, se nos dice cuál es nuestro papel en el cumplimiento de este pacto con Dios:

“…Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra;” (cita B1/Levítico 26:3)

Luego está el papel de Dios: “yo daré́ vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá́ sus productos, y el árbol del campo dará́ su fruto…… andaré́ entre vosotros, y yo seré́ vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo”. (cita B1/Levítico 26:4, 12)

¡Qué hermosa relación de causa y efecto! No es que Dios retenga el bien, si no seguimos los mandamientos, sino que estamos más dispuestos y aptos para ver el bien al obedecer los preceptos de Dios.

Aunque los Diez Mandamientos pueden parecer demasiado familiares, o incluso obsoletos para algunos, siempre me sorprende lo increíblemente relevantes que lo son hoy. Me encanta el título de la canción “10 Ways to Be Happy” en el album 3 Steps and a Bounce Qué gran manera de pensar acerca de los mandamientos.

“¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,” (cita B2/ II Cor 6,16)

Aquí, Pablo nos recuerda que somos el templo del Dios viviente. Obtenemos un sentido de la naturaleza ilimitada de nuestra identidad, nuestra relación con Dios y nuestro propósito. Podemos encarnar el espíritu de Cristo y permitir que la inspiración nos eleve y, por lo tanto, fluya espontáneamente hacia los demás. ¿Cuándo en nuestra experiencia somos ese templo del Dios viviente? Cuando sentimos el Espíritu de Dios – luz y amor – afectándonos y morando en nosotros.

“En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu”. (cita B3/I Juan 4:13)

En el artículo semanal Bible Lens que aparece en el Sentinel el Comentario agrega:

“Desde los primeros tiempos los judíos, e incluso antes de la construcción del Templo en Jerusalén, el templo se refería a la habitación del único Dios. Ahora Pablo define la comunidad de creyentes como un templo espiritual consagrado a Dios. El sustantivo griego traducido como templo en este texto (naos) significa el santuario interior, el espacio más sagrado del complejo del Templo. Un erudito observa: ‘El Espíritu de Dios ya no puede estar localizado en un edificio sagrado: debe encontrarse en la comunidad reunida del pueblo elegido de Dios en Cristo’”.

SECCIÓN 2 – ESPERA EN DIOS

¡Todos hemos tenido que tomar muchas decisiones! Las decisiones parecen estar constantemente presentes en la vida cotidiana, desde decisiones pequeñas hasta decisiones importantes. El libro de Proverbios ofrece grandes discernimientos y sabiduría sobre cómo tomar nuestras decisiones. Hay muchos Proverbios que ofrecen oraciones que son útiles para alinearnos con Dios, las que nos permiten tomar mejores decisiones que bendicen a los demás.

Uno de mis favoritos: “Confía en Jehová de todo corazón; y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas”(Proverbios 3:5, 6)

Han habido muchas ocasiones en las que la oración me ha llevado a elegir y tomar decisiones, desde cambios de trabajo, mudarme de casa, decisiones de escuela, etc. Hubo un momento en que tuve que tomar una decisión importante con respecto a dos oportunidades diferentes para servir. pero no estaba seguro de qué elección hacer. Ambas parecían excelentes opciones, y realmente quería tomar la decisión correcta y no quería perder las ventajas de la otra.

Mi esposo y yo oramos juntos con calma para obtener claridad y guía. Después de unos momentos de orar juntos en silencio, la respuesta que recibí fue “Estará bien de cualquier manera”. Bueno, el mensaje no me decía exactamente qué elección debía hacer, pero me alivió de la presión y la carga porque me mostró que no perdería sea eligiendo el uno u el otro.

Después de eso, me sentí tranquilamente segura al saber que cualquier decisión que tomara, sería suficiente buena. Bien, la decisión quedó bastante clara después de eso. Pude decir “sí” a una oportunidad y “no” a la otra oportunidad sin ningún sentimiento de pérdida o arrepentimiento. De hecho, el deseo por la otra opción se desvaneció por completo una vez que hice mi elección. Me sentí contenta y satisfecha con la elección. Y ha continuado bendiciéndome a mí, a mi familia y a la comunidad desde aquel entonces.

Mary Baker Eddy escribe: “Cuando esperamos pacientemente en Dios y buscamos con rectitud la Verdad, Él endereza nuestra vereda”. (cit. C&S 9/254) Dios siempre está aquí, dispuesto y capaz de ayudarnos con nuestras elecciones. Podemos escuchar con calma y con la expectativa de que la respuesta se encontrará allí.

A veces, es posible que tengamos que “esperar” en Dios: calmarnos y esperar pacientemente a que Dios traiga a la luz la idea correcta. A menudo se ha hecho la analogía de que esperar no es algo pasivo; más bien podemos tener las mismas cualidades que un mesero en un restaurante: estar listos para ver cómo podemos atender y servir a Dios. Entonces estamos listos y dispuestos a que Dios se revele a sí mismo de manera perfecta.

El himno 58 describe aún más las hermosas cualidades de la “espera activa”. Aquí hay un extracto del primer y segundo verso:

Padre, Tus amantes hijos

Hacia a Ti gozosos van,

Saben bien que en tu camino

Protección encontrarán …..

Hacia a ti hoy vamos, Padre

Muy abierto el corazón,

jubilosos expectantes,

listos para tu misión

(Himnario de la Ciencia Cristiana 58:1, 2)

Bible Lens un artículo semanal en el Sentinel tiene esto que agregar sobre el concepto de “esperar en Dios”:

“‘Intensa expectación’ (griego, apokaradokia) es una frase dramática empleada para transmitir una intensa anticipación. Waiteth, traducido aquí de otro término griego que representa una expectativa ferviente (apekdekhomai), subraya esta perspectiva. “Para Pablo”, escribe un erudito, “la vida no era una espera cansada y derrotada; Era una . . . expectativa vívida.’”

SECCIÓN 3 – ALABANZA DIOS Y SU LUZ

Puede parecer difícil alabar a Dios todo el tiempo. Después de todo, por ejemplo, caminar por ese valle maligno del que se habla en el Salmo 23 (y en la cita bíblica 11) sería bastante aterrador: ¿cómo alabar a Dios durante algo así? Ah, pero ese mismo versículo de la Biblia también tiene la respuesta. Es sólo un valle de sombras. Probablemente haya caminado por la noche o en un lugar desconocido y una sombra te asustó. Una vez que te diste cuenta de tu error, probablemente te reíste un poco y continuaste con un poco más de confianza y conciencia de cuál era la realidad de la situación. Una sombra no tiene sustancia, ni poder; una sombra es sólo una sugerencia.

Afortunadamente, el hecho de que parezca que hay sombras no significa que le haya sucedido algo a la luz.

Y una de las mejores formas de reconocer y sentir la luz de Dios es alabarle. “¡Alaben la misericordia de Jehová!” (Salmo 107:8, cita bíblica 10) es un clamor y un aliento tan sincero. Alabar a Dios es admitir que Su luz, Su poder, está aquí. Y lo que sea que nos haga sentir que no podemos sentir Su luz, no es superior a Él. El Salmo 36:9 nos asegura: “En ti se halla el manantial de la vida; y por tu luz podemos ver la luz”. Todo lo real, todo lo verdaderamente real que vemos, se ve gracias a la luz. La luz es lo fundamental que gobierna lo que vemos. Entonces, tiene sentido que, para ver realmente, quisiéramos asegurarnos de que estamos buscando una fuente confiable de luz.

Eso es la Palabra de Dios: literalmente luz, mostrándonos lo que Dios ha hecho. Cuanto más familiarizados estemos con la Palabra y la naturaleza de Dios, naturalmente estaremos alertas a lo que no es legítimo y seremos cada vez más conscientes de las nuevas y frescas opiniones de lo que es verdadero. Y esos puntos de vista verdaderos incluyen nuestra salud, nuestras capacidades y nuestras oportunidades.

SECCIÓN 4 – REGOCIJARSE EN EL PODER DE DIOS, NO EN EL NUESTRO PROPIO

La Ciencia Cristiana no es una herramienta que usamos para hacer las cosas bien o lograr la bondad y la salud. La Ciencia Cristiana nos muestra lo que Dios está haciendo y cómo somos armoniosamente parte de lo que Dios está haciendo. Las buenas obras realizadas como parte de la práctica de la Ciencia Cristiana no se basan en un poder personal; son el fruto natural de estar más dispuestos a ver y confiar en lo que Dios está haciendo, cómo es Dios. Cristo Jesús se repitió una y otra vez, de diferentes maneras, que las buenas obras que hizo no eran su propio poder personal sino funciones del poder de Dios y su absoluta devoción a ese poder divino. Estos no fueron regalos especiales dados solo a Jesús; por ejemplo, el Evangelio de Juan relata la instrucción y el aliento de Jesús: “De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, hará también las obras que yo hago, porque yo voy al Padre.” (Juan 14:12)

Mary Baker Eddy explica esto en Escritos Misceláneos en un capítulo llamado Lecciones de la Biblia (vale la pena revisar el capítulo completo). Aquí hay un extracto:

“La realización de las grandes verdades de la curación cristiana pertenece a cada época; como lo declara claramente la citada Escritura, y como lo confirma el cristianismo primitivo. …

‘El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará’, es una declaración radical e inequívoca del derecho y poder que tiene el cristianismo para sanar; porque esto significa semejarse al Cristo, e incluye la comprensión de las aptitudes y del poder espiritual del hombre. La primera condición en la que se insiste es, “creer”, lo cual en hebreo implica comprender. …

El contexto del ante dicho texto bíblico explica las palabras de Jesús, “porque voy al Padre”. “Porque” al seguirle a él, comprendéis a Dios y sabéis cómo volveros de la materia al Espíritu para la curación; cómo renunciar al yo, el sentido material, por el sentido espiritual; cómo aceptar el poder y guía de Dios, e imbuiros del Amor divino que echa fuera todo temor. Entonces estáis bautizados en la Verdad que destruye todo error, y recibís el sentido de la Vida que no conoce muerte, y sabéis que Dios es la única Vida.

Para alcanzar la consumada naturalidad de la Vida que es Dios, el bien, tenemos que cumplir con la primera condición enunciada en el texto, es decir, creer; en otras palabras, comprender a Dios lo suficiente para excluir toda fe en cualquier otro remedio que no sea Cristo, la Verdad que contrarresta todo error. Como consecuencia las reglas y el Principio divino de la curación metafísica. Absorberán toda acción, todo motivo y pensamiento”

(Escritos Misceláneos 1883–1896, 192:22–24; 193:27–32; 194:19–4)

Esto es demostrable, alcanzable, capaz de ser practicado por todos nosotros. Estoy tan agradecida de que todos podamos ir directamente a Dios para ver lo que Dios está haciendo. Si necesitamos ayuda, tenemos muchos recursos al alcance de la mano, de miembros de la iglesia, compañeros del personal en el campamento y practicistas y enfermeras de la Ciencia Cristiana de todo el mundo (como referencia, aquí está el directorio en línea de la Revista de la Ciencia Cristiana. online Christian Science Journal directory).

No debería ser un cliché que cada Científico Cristiano es un Practicista. De hecho, una vez estaba conversando con el dueño de una librería ubicada justo al lado de una sala de lectura de la Ciencia Cristiana en la que estaba sirviendo, y le dije que era Practicista de la Ciencia Cristiana. Apenas estaba familiarizado con la Ciencia Cristiana, se confundió un poco y dijo: “Bueno, espera. Pensé que todos los Científicos Cristianos eran Practicistas, ¿que cualquier Científico Cristiano estaría disponible para ayudar a alguien? ¡Me encantó escuchar esto! Aclaré cuál era el rol específico de un Practicista de la Ciencia Cristiana que se anuncia en el Journal, pero me alegró mucho compartir que tenía razón, ¡cualquier Científico Cristiano estaría feliz de ayudar si fuera necesario!

Ama practicar activamente tu capacidad de respuesta a Dios, ¡y solo a Dios!

SECCIÓN 5 – EL AMOR NO ESTÁ ESPERANDO QUE HAGAS TODO BIEN

A veces viene como un susurro. A veces viene como una sensación de algo que está fuera de la vista. A veces es tan brillante como una zarza ardiente, inconfundible por millas. Pero venga como venga, creo que todos estamos familiarizados con esa sensación clara y tranquila de que debe haber algo… más. Algo más que materia, que límites, que expectativas basadas en esos límites e inseparables de ellos. A menudo, la sanación acompaña esos momentos de claridad y promesa. Otras veces puede ser solo una certeza creciente de la que simplemente no puedes deshacerte. Podemos tratar de encajar esas percepciones de “algo más grande” en las casillas que ya conocemos, tratar de “usar” estos mensajes de ángeles para mejorar la situación que nos rodea, o podemos aprender a tratar esos mensajes de ángeles como una nueva declaración de cuál es nuestra premisa. Podemos aprender a dejarnos usar por Dios, en lugar de tratar de usar la verdad para promover nuestras propias actividades.

Hace años, estaba viajando por el extranjero durante los años de universidad. Había dejado mi hogar en los Estados Unidos bajo una nube de tristeza y arrepentimiento, e incluso me prometí a mí mismo que no volvería a casa a menos que recuperara la paz. Pasaron un par de semanas y, aunque estaba muy agradecida por todo lo que estaba aprendiendo en este nuevo entorno, todavía me sentía muy atormentada por mi dolor. Una mañana, me desperté temprano y salí a caminar y sentarme. Empecé a gritarle a Dios: durante aproximadamente media hora, tanto en voz alta como en silencio, expliqué todo: por qué estaba molesta, por qué Dios no me había ayudado, qué se suponía que debía hacer, todo esto era mi culpa. etc.

Finalmente, luego de desahogarme, realmente no tenía nada más que decir y me senté en silencio. Luego, en el espacio de ese silencio, simplemente… me sentí como amada. Esa pequeña oración realmente no capta cómo se hizo sentir, pero en el espacio de ese silencio, sentí una abrumadora y completa seguridad de que era amada. Salió el sol, las vacas en el campo a mi alrededor comenzaron a mugir, la luz centelleó en el rocío y escuché las olas en la distancia del océano. Y más que nunca, me sentí amada. Y esa promesa fue como un renacimiento para todo mi enfoque y sentido de las cosas a partir de ese entonces. Todos esos problemas aún necesitaban ser resueltos, pero ahora podía acercarme a esa resolución sin pensar que solo sería amada una vez que todo estuviera resuelto. Podía traer el amor conmigo, o, mejor dicho, podía dejar que el Amor me trajera, a lo que fuera necesario. Esta fue una verdadera sanación para mí, poder ver más de lo que Dios está haciendo y siempre lo hace.

Esta promesa de amor presente es un sello distintivo de las Escrituras. “…estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro…” (II Pedro 1:19 / cit. B17) y amar para confiar y estar atentos a todas las formas en que el Amor os está mostrando quiénes sois.

SECCIÓN 6 – ENCONTRARNOS EN LA ALABANZA BRINDADA A DIOS

Al volvernos a Dios, nos encontraremos a nosotros mismos, quienes realmente somos. Cuando las cosas no van bien, es fácil hundirse en la tristeza, la ira o la apatía… y por eso es tan importante regocijarse, defender nuestro derecho al alabar a Dios pase lo que pase. Se está demostrando nuestra voluntad de admitir que la evidencia o la influencia que ‘fomenta’ la tristeza o la ira no es legítima. Sólo la Verdad es capaz de decirnos la verdad; apreciamos los susurros de la Verdad que vemos en nuestro día a día, y seguimos mirando hacia arriba.

Como instruye Mary Baker Eddy en Escritos Misceláneos, “En nuestro inmaduro concepto de las cosas espirituales, digamos esto de las bellezas del universo sensorio: “Amo tu promesa; y algún día conoceré, la realidad y la sustancia espirituales de la forma, la luz y el color, de lo que ahora por tu intermedio percibo veladamente y sabiendo esto, estaré satisfecho. La materia es una débil concepción de la mente mortal; y la mente mortal es el representante más pobre de la hermosura, la grandiosidad y la gloria de la Mente inmortal.” (Misc. 87:6)

Vosotros formáis parte del “…canto más dulce que jamás haya llegado a los cielos…” (cit. C&S 30/568), movido por el soplo del Amor divino. El “sentido” material, que no tiene ningún sentido, no tiene nada que ofrecer, tomar o afirmar. Nos encanta orar, admitir la presencia de Dios… y nuestra unidad con Él.

Gracias, Padre-Madre, ¡por hacer y mantener a Tus amados hijos!

 

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