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Nosotros, como la creación amada de Dios, estamos a salvo, ahora y siempre.

Ideas de aplicación metafísica para la lección bíblica trimestral de Ciencia Cristiana para:

“Dios, preservador del hombre”

para el domingo 13 de junio de 2021

Kerry Jenkins C.S. de House Springs, MO

kerry.helen.jenkins@gmail.com • 314-406-0041

Traducción libre por Lidya Sanchez autorizada por Warren Huff

INTRODUCCIÓN

¿Es posible sentir realmente una sensación de seguridad mientras atravesamos las aventuras de la vida? Esta lección lo tiene todo … naufragios, terremotos, mordeduras de serpientes venenosas. A través de todo esto, Pablo, el apóstol, encuentra seguridad y sanidad no solo para él, sino para todos los que lo rodean. ¿Estaba orando por su propia seguridad? Este pasaje de la tercera sección dice: “… a medianoche, Pablo y Silas oraron y cantaron alabanzas a Dios, y los presos los oyeron”. Esto fue después de ser azotado, encarcelado y encadenado. ¡Que todos “cantemos alabanzas a Dios” en tales circunstancias! Pero esta es la cuestión. ¿Por qué comenzaron sus oraciones de esta manera? ¿Fue en un intento de recibir algo, tal vez su liberación de la prisión, su curación del dolor de ser azotado, su persecución? Obviamente, no se hace referencia a nada de esto, sin embargo, hay muchos lugares en sus cartas donde se encuentra a Pablo alabando a Dios, regocijándose en la bondad de Dios, predicando el amor y afirmando su propia inseparabilidad del Amor.

Mientras navegamos por los mensajes de la lección bíblica de esta semana, es útil considerar la idea de que Pablo estaba profundamente consciente de la realidad espiritual, incluso cuando se enfrentaba a la fealdad humana. “La comprensión de la Verdad y el Amor … conduce al discernimiento de la idea divina”. (cita C11 / 560: 21-23,27) Las oraciones de Pablo eran oraciones de alabanza porque vio que el Amor gobernaba. Sintió esa seguridad y poder. No me refiero a que los latigazos no le dolieran, o la lapidación, que también experimentó, hasta que se le dio por muerto. Pero, que estos eventos no fueron experiencias del tipo de sufrimiento de angustia mental porque él sabía absolutamente que él era inseparable del Amor divino, que él “… moraba entre los hombros [de Dios]”. como dice nuestro Texto Áureo. Nosotros también podemos experimentar esta convicción de seguridad. Comencemos nuestras oraciones con el reconocimiento del poder y la bondad de Dios. Comencemos con la verdad de nuestro ser como coexistente con el Amor. A partir de ahí, solo podemos encontrar seguridad.

Hay un par de versículos tanto en nuestro Texto Áureo como en nuestra Lectura Alternada donde podría parecer que somos recompensados ​​solo si somos “los amados”, o los “misericordiosos”, o los “rectos”.  Veo estos como ejemplos perfectos de esa conciencia que debemos cultivar, que Pablo cultivó. Cada uno de nosotros es esta expresión amada, misericordiosa y recta de Dios. Es nuestra conciencia de esta verdad sobre nosotros mismos lo que nos da la claridad de perspectiva para que podamos discernir que somos cuidados, mantenidos a salvo. Cuando expresamos misericordia, por ejemplo, es como ponernos un par de anteojos especiales que nos muestran misericordia a nuestro alrededor. Cuando nos comportamos correctamente, o con rectitud, estas mismas gafas nos mostrarán un universo donde la rectitud espiritual, la pureza y el amor desinteresado son activos, presentes y parte de nuestra experiencia. Estas son cualidades que se expresan constantemente, pero a través de nuestra lente de alabanza y gratitud, vemos ese hecho con más claridad y frecuencia. Esto es distinto de la falsa percepción de que de alguna manera nuestros actos de virtud son “recompensados” por Dios, en este caso, con seguridad. Nuestra seguridad está asegurada porque somos la expresión misma del Amor. ¡La expresión de algo no puede separarse de ese algo!

SECCIÓN 1: DIOS ES NUESTRO PADRE Y MADRE.

En su estado ideal, un padre y una madre harán cualquier cosa para mantener a salvo a su hijo. Su devoción de pensamiento por su hijo es total, especialmente cuando el niño es muy pequeño y están fuera de casa. Vemos a nuestros hijos como nuestra preciada responsabilidad. Sin embargo, no nos referimos a nuestros propios hijos como la “expresión de nuestro ser”. Eso es porque, si bien pueden tener rasgos que parecen estar arraigados en las características y cultura de nuestra propia familia, no son “expresiones” de nosotros, sino expresiones de lo Divino. Mary Baker Eddy nos dice en la cita C3 que “el hombre es la expresión del ser de Dios”. (470: 23)

La expresión de Dios es diferente a ser hijo de Dios en el sentido de que, humanamente, ¡un niño puede irse en una dirección completamente separada de su padre! Pero las palabras nos fallan al describir la profundidad espiritual de la conexión que Dios tiene con nosotros, que nosotros tenemos con Dios. Y la paternidad, la maternidad, (cita B2 / Isa.66: 1,13), es lo más cerca que podemos llegar a describir la ternura y el cariño que el Amor divino tiene por Su expresión. La diferencia entre el divino Padre-Maternidad de Dios y la nuestra es que es indestructible, todo bueno y todopoderoso. Eso significa que estamos a salvo. ¡Una expresión no puede separarse de lo que hace esa expresión!

SECCIÓN 2: NUESTRO PODER PARA COMPARTIR LA SALVACIÓN DE DIOS VIENE DE DIOS.

Jesús no sanó porque poseyera poder personal. Todo su poder para sanar provino de su conciencia de la ley de Cristo que mantiene al hombre en seguridad e integridad.  Nosotros también podemos tomar conciencia de esta ley divina. Creo que eso podría ser lo que Jesús quiso decir cuando les dijo a sus discípulos y otros seguidores que se regocijaran de que sus “… nombres están escritos en el cielo”. (cita B6 / Lucas 10:20) Él estaba reconociendo que, como la expresión misma de Dios, sus identidades estaban seguras en el reino, y el poder que tenían para sanar provenía de ese reino, de las leyes del bien de Dios.

¿Puede una ley divina ser inactiva? ¿Puede marchitarse, envejecer, desaparecer? La cita C5 nos dice “… el Cristo no tiene principio de años ni fin de días. A lo largo de todas las generaciones, tanto antes como después de la era cristiana, el Cristo, como la idea espiritual, el reflejo de Dios, ha venido con cierta medida de poder y gracia a todos los que estaban preparados para recibir el Cristo, la Verdad”. (333: 14-21)

Podemos preparar nuestro pensamiento para recibir este poder de Cristo. No somos personalmente responsables de la curación. De lo que somos responsables es de dejar algo de espacio en nuestra conciencia para que podamos percibir la conexión profunda del hombre con el Amor. Esta conexión viene con seguridad y plenitud. Intente practicar esto calmando los pensamientos ocupados durante el día y permitiendo que los momentos de profunda conciencia de la belleza, la bondad, la inteligencia, etc. que nos rodean sean reconocidos y disfrutados con gratitud. Esta práctica constante nos da acceso al poder del Amor que nos rodea. Y, naturalmente, compartimos este poder sanador con más libertad y sin temor cuando sabemos que su fuente no está en nosotros mismos, sino en el Cristo eterno.

SECCIÓN 3: EL AMOR A DIOS LIBERA DE TODO TIPO DE PRISIONES.

En esta sección, Pablo y Silas son liberados de la prisión por su oración de alabanza a Dios que trasladó la misma tierra debajo de la prisión donde estaban recluidos. Este terremoto que rompió sus cadenas y abrió las puertas de la prisión es también una metáfora increíble de cómo nuestra conciencia consciente de la bondad y el poder de Dios puede liberarnos de las creencias encarceladas de mala salud, soledad, pobreza y mucho más.

Me encanta especialmente que en cada historia de Pablo en la lección bíblica de esta semana, se lo encuentra rescatando a otros y no solo a sí mismo. En esta sección en particular salva al carcelero que está a punto de suicidarse porque pensó que todos los prisioneros de los que era responsable se habían escapado. En lugar de irse, como seguramente podrían haberlo hecho, Pablo y Silas se quedan y predican a Cristo a este hombre y a su familia. ¡El carcelero los alimenta, les lava las heridas y es bautizado por Pablo!  Uno de los aspectos maravillosos de esta ley del amor que sana y libera es que incluye a los demás. Así como Jesús sanó a las multitudes y envió a los setenta a sanar, como se vio en la sección anterior, en esta, la libertad de Pablo no viene con un “precio a pagar” para otra persona. La libertad del Amor bendice a todos.

Si buscamos la liberación de cualquier error o de una serie de errores, podemos animarnos en la declaración en la cita C13 que nos da una especie de “fórmula” para tener éxito en encontrar esta libertad: “Oración, vigilancia y trabajo, combinados con la inmolación del yo, son los medios de la gracia de Dios para lograr todo lo que se ha hecho con éxito para la cristianización y la salud de la humanidad”. (cita C13 / 1: 5) Esto también apunta a la necesidad de esa visión desinteresada de esta obra.

Pablo claramente tenía el objetivo de bendecir a otros. Nosotros tampoco podemos permitirnos el lujo de estar demasiado centrados en nosotros mismos, o tendemos a perder el sentido de la curación espiritual. Pablo no estaba orando para salir de la cárcel. Estaba glorificando a Dios, deleitándose en el poder, la presencia y la bondad de Dios. No estamos orando, mirando y trabajando para obtener más de la bondad de Dios, sino para reconocer su generosidad actual. Este proceso requiere “auto-inmolación” (una quema o purificación de un falso sentido del yo separado) porque somos expresiones del ser de Dios y no poseedores personales de este poder y bondad. (cita C13 / 1: 5) Nuestras oraciones de alabanza y gratitud abren la puerta de nuestra conciencia y sacuden los cimientos mismos de la fe material, liberándonos de sus falsas leyes.

SECCIÓN 4: LAS LEYES DE DIOS NOS MANTIENEN SEGUROS, INCLUSO EN LA “TORMENTA”.

Todos somos conscientes de que la vida humana tiene muchos “baches”. La presencia de desafíos y adversidades no indica una falta del cuidado de Dios. Todas las historias bíblicas más memorables y la mayoría de los testimonios de sanación compartidos hoy y a lo largo del siglo se basan en la superación de la adversidad. De lo contrario, no habría historia / testimonio para compartir. Uno de los versículos más conmovedores de la lección bíblica de esta semana se encuentra aquí en la cita B11: “… en mucha paciencia, en tribulaciones, necesidades, angustias, azotes, encarcelamientos, tumultos, trabajos, vigilias, en ayunos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyendo todas las cosas”. (1Cor. 6: 4,5,10) Pablo está señalando que en medio de las pruebas cosechamos más gozo, riqueza y satisfacción.

Cuando el barco que transportaba a Pablo se vio atrapado en una tormenta feroz (sobre la cual predijo y advirtió a los soldados antes de que salieran del puerto), dejó a un lado su sentido material de la tormenta y oró. A estas alturas, podemos asumir que su oración fue probablemente una de alabanza y gratitud por la presencia de la bondad y el poder de Dios en medio de esta tormenta mortal. Escuchó la voz de Dios diciéndole que todo iría bien para los pasajeros del barco. Pudo, con autoridad, informar que no perderían una sola vida en el naufragio que se avecinaba. Vio la seguridad de todos los pasajeros de ese barco porque su seguridad estaba basada en la ley divina. Su conciencia espiritual abrió esa ventana al Reino donde sabía que reinaba Dios / Amor / Mente. Este punto de vista trajo poder a las circunstancias humanas que enfrentaban estos hombres.

SECCIÓN 5: LA SALVACIÓN VIENE DE COMPRENDER EL CONTROL DEL AMOR SOBRE TODO.

La salvación es como la conservación. Cuando somos salvos, se nos protege del peligro, o de un percance, o tal vez, del dolor duradero. Pero más aún que esto, la salvación se aplica a nuestro sentido de lugar en el Reino. En esta sección, Pablo se sacude el dolor y el veneno de una víbora y avanza ayudando a los isleños, sanando a muchos. Una vez más, bendice desinteresadamente a quienes lo rodean con su reconocimiento y comprensión de la ley divina del Amor que nos da poder para defendernos”… no solo de la tentación, sino del sufrimiento corporal”. (cita C19 / 387: 20-21, 28) Todos podemos vislumbrar este control sobre nuestros cuerpos, circunstancias y los de los demás. Podemos “volvernos conscientes por un solo momento de que la Vida y la inteligencia son puramente espirituales, ni están en la materia ni son de ella, y el cuerpo no emitirá quejas” (cita C21 / 14: 12-18).

La semana pasada estaba luchando con una especie de tirón muscular en el cuello y el hombro después de hacer ejercicio. Era un desafío girar la cabeza o moverme libremente, y era incómodo intentar dormir. Como modelo para la oración, me aferré a la ‘alabanza y el canto’ de Pablo a Dios. Estaba abrumado por la gratitud por la bondad de Dios cada vez que pensaba en ello. Reconocí que no había nada más en operación que la bondad y el poder de Dios. No podía sufrir ni el deseo deliberado de seguir el ritmo del ejercicio que estaba siguiendo a un ritmo que parecía imprudente, ni podía sufrir ningún dolor en mi ser físico, ya que era la expresión del ser de Dios. No fue una liberación instantánea, pero cada momento de oración fue de gozo.

Continué haciendo ejercicio a diario, concentrándome en diferentes tipos de movimientos, y me regocijé con todas estas expresiones de energía, libertad y gracia. En aproximadamente un día y medio no había rastro de esta lesión, y de hecho elegí un entrenamiento que me había saltado y que realmente estaba enfocado en mis brazos y hombros de una manera que hubiera sido imposible el día anterior. Más que nada, me quedo con un sentimiento predominante del gozo que este tipo de oración de “Pablo” trae a nuestra experiencia. Reconocer que el Amor es la única ley que nos controla, incluso poco a poco cada día, nos da poder. ¡También nos permite ser de mayor ayuda para los demás!

SECCIÓN 6: SOMOS SALVADOS AHORA Y SIEMPRE. 

Me encanta esta sección por su énfasis en la condición actual de nuestra seguridad y bienestar. Es claro como el cristal que estamos mirando hacia el reino del Espíritu,”… a las cosas que no se ven:” humanamente, para este claro sentido de nuestra seguridad. (cita B15 / 2 Cor. 4: 15,17,18) Esta sección realmente subraya la necesidad de que llevemos este vistazo de seguridad al resto del mundo. Somos “embajadores de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros” (cita B16 / 2 Cor. 5: 20).

Las recompensas o las riquezas son grandes cuando hacemos este tipo de trabajo desinteresado para los demás: ¡se nos da el reino! Este reino no es un regalo futuro, sino un regalo ahora mismo y es eternamente nuestro. No tenemos que esperar hasta estudiar más sobre la Ciencia Cristiana, pasar por la instrucción de la clase de Ciencia Cristiana, envejecer o ser más jóvenes para experimentar la salvación presente de la ley del Amor.  Esta ley opera siempre y en abundancia para traer salud, plenitud, gozo, gratitud y paz a la humanidad.

Mientras nos enfrentamos a desafíos, como en la “leve tribulación” de la que se habla en la cita B15 (2 Cor. 4:17), se nos da el poder espiritual supremo sobre esto a través de Cristo y esta ley siempre operativa de Amor y Verdad. No pospongamos nuestra segura morada celestial asimilando todo lo que informan los sentidos materiales. En cambio, ¡regocijémonos con Pablo orando con alabanza y cantando a Dios por Su presente y abundante poderosa bondad!

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